Diego López Mendoza: «La aproximación a la secuencia del ADN permite entender la biología del cáncer»
"El conocimiento de la zona gris del ADN nos abre un nuevo campo para explorar con más detalle todos los fragmentos de esta molécula"
"Entender la biología del cáncer y su alteración a nivel genómico nos puede ayudar a identificar nuevos marcadores, nuevas proteínas y nuevas vías de investigación"
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Tras la publicación científica en 1953 de James Watson y Francis Crick, dos biólogos moleculares que descubrieron la estructura de la doble hélice de la molécula del ADN, cada 25 de abril se celebra en todo el mundo el Día del ADN. Este hallazgo es uno de los más importantes del siglo XX debido a que permitió asentar las bases para comprender cómo se replica y se transmite el material genético entre generaciones.
En este día también se conmemora la culminación del Proyecto Genoma Humano de 2003 con el que se logró completar el mapa del genoma humano. En él colaboraron distintas entidades científicas a nivel internacional con el objetivo de determinar la secuencia de los miles de genes que lo componen.
Los avances en materia de ADN, además, han permitido conocer que la inestabilidad de este material, responsable de la información hereditaria de los humanos, es una de las señas de identidad del cáncer, una de las enfermedades más mortales en la actualidad. Según una estimación de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el número de cánceres diagnosticados en España en 2022 alcanzará los 280.100 nuevos casos, lo que supone un incremento respecto a años anteriores.
A nivel mundial, se certifican alrededor de diez millones de muertes anuales relacionadas con el cáncer, y se prevé un aumento de los casos para 2040, donde la cifra puede ascender a más de 16 millones de fallecimientos anuales, según la SEOM. Por esta razón, la enfermedad es uno de los focos de investigación más comunes de la comunidad científica. Para entender mejor cuál es la relación entre el ADN y el cáncer, OKSALUD ha entrevistado al director médico de oncología de AstraZeneca, Diego López Mendoza.
PREGUNTA.- Los tratamientos contra el cáncer a través del ADN son cada vez más frecuentes. En este sentido, ¿en qué investigaciones se encuentra sumergida actualmente AstraZeneca? ¿En qué consisten estos novedosos tratamientos?
RESPUESTA.- La inestabilidad genómica es una de las señas de identidad del cáncer, algo que se ha ido conociendo cada vez más en la última década. Este desequilibrio es el que hace que haya defectos en el ADN o en su reparación, favoreciendo así la aparición de algunos tipos de cáncer. Dentro de las diferentes áreas científicas que hay, concretamente en cuanto a la reparación de la respuesta al daño del ADN, en AstraZeneca tenemos varias líneas de investigación en marcha y seguimos desarrollando un extenso programa que ahora se encuentra en fase II-III y que tiene como objetivo ofrecer nuevos tratamientos a los clínicos para mejorar la vida del paciente oncológico. En el futuro esperamos que estos fármacos puedan ayudar a pacientes con cáncer de páncreas, de mama o de próstata.
P.- Para que todos lo entendamos… ¿qué suponen los avances científicos, en el caso del ADN, en la curación de enfermedades como el cáncer?
R.- Gracias a la aproximación de la secuencia del genoma humano estamos empezando a entender la biología del cáncer, lo que nos ha permitido ver que hay determinados marcadores moleculares que se corresponden con mutaciones genéticas, adquiridas o heredadas, que nos pueden ayudar a tener fármacos dirigidos, de forma específica, contra estas alteraciones genéticas. Esto nos posibilita desarrollar una medicina de precisión con la que guiar a los clínicos y mejorar el diagnóstico, la terapia, la predicción, la seguridad… Estamos rompiendo algunas de las barreras que teníamos con las terapias tradicionales.
P.- ¿Por qué es necesario implementar nuevos enfoques contra el cáncer? ¿Cuáles son los avances previstos para los próximos años?
R.- Es necesario implementar nuevos enfoques para mejorar la situación actual porque se trata de una enfermedad presente en el mundo entero. Aunque se ha avanzado mucho en las últimas décadas, seguimos teniendo una mortalidad muy alta, y, en muchos casos, un diagnóstico tardío. Hasta ahora solo hemos descubierto la punta del iceberg. En la actualidad hay muchas áreas de investigación, como la relativa a la respuesta y reparación del ADN, los anticuerpos conjugados, la inmuno-oncología, los marcadores tumorales, la terapia celular, etc. Vamos en esa dirección para conseguir cronificar y erradicar el cáncer.
P.- La comunidad médica lleva más de diez años descifrando la «zona gris» del ADN. ¿De qué se trata esta «zona gris»? ¿Por qué era importante investigarla?
R.- Es esa parte del genoma humano que hasta ahora estaba sin completar. Aunque aparentemente no era una zona muy relevante, ha abierto una enorme cantidad de posibilidades nuevas que nos ayudarán a entender la expresión genómica de muchas enfermedades. Este conocimiento nos abre un nuevo campo para explorar con más detalle todos los fragmentos de ADN, desconocidos por las limitaciones técnicas, y nos permite abordar nuevas líneas de investigación y nuevas aproximaciones diagnósticas y terapéuticas para enfermedades que tengan relación con esta expresión genómica que hasta entonces desconocíamos. Estamos en los albores de una nueva era de descubrimiento del genoma.
P.- En el caso concreto del cáncer, su prevención y los múltiples tratamientos, ¿qué supone este descubrimiento?
R.- Completar el genoma y la zona gris permite poder identificar genes que están secuenciando proteínas o marcadores que hasta ahora no conocíamos y que están relacionados con algún proceso oncológico. Una de las señas de identidad más importantes en el cáncer es la inestabilidad genómica y las mutaciones que se producen, que derivan en células tumorales y que, a su vez, se pueden expresar en enfermedades. Por lo tanto, entender la biología del cáncer y su alteración a nivel genómico nos puede ayudar a identificar nuevos marcadores, nuevas proteínas y nuevas vías de investigación para tratar la enfermedad de forma más efectiva y segura, utilizando fármacos menos tóxicos y que protejan mejor a los pacientes.