Desarrollan guías para afrontar cánceres de sangre graves durante el embarazo
La mayoría de los tratamientos son posibles durante el embarazo, incluidas muchas formas de quimioterapia
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Investigadores de la Universidad Macquarie (Australia) han desarrollado un nuevo conjunto de directrices para ayudar en el diagnóstico y el tratamiento experto de cánceres de sangre graves durante el embarazo. De esta forma, publican una nueva declaración de posición en la última edición de The Lancet Haematology, basada en la evidencia actual y el consenso de expertos.
Los cánceres de sangre afectan a las células sanguíneas, a la médula ósea y a los ganglios linfáticos. Las células cancerosas evitan que la sangre lleve a cabo sus funciones normales, entre las cuales están combatir infecciones o prevenir hemorragias graves. Existen tres tipos: Leucemia que afecta a los glóbulos blancos que se producen en la médula ósea. Los glóbulos blancos son importantes porque protegen al cuerpo de las infecciones. Algunos tipos de leucemia se desarrollan más rápido que otros. Cada tipo de leucemia necesita un tratamiento diferente.
Linfoma, que es un tipo de cáncer de sangre que afecta al sistema linfático. Sucede cuando un tipo de glóbulos blancos (linfocitos) se desarrollan anormalmente. Los linfocitos tienen una función defensiva contra infecciones. Afecta el sistema inmune y puede aumentar el tamaño de los ganglios linfáticos en cualquier zona del cuerpo como, por ejemplo, el cuello, la axila, la ingle o en áreas interiores del organismo. Hay dos tipos de linfoma: el linfoma Hodgkin y el linfoma no Hodgkin.
Mieloma, que es un cáncer de las células plasmáticas en la médula ósea. También se conoce como mieloma múltiple. En una persona sana, las células plasmáticas ayudan al cuerpo a combatir las infecciones. Las células con mieloma evitan la producción normal de anticuerpos y debilitan el sistema inmunológico del cuerpo. Uno de los síntomas más característico de este tipo de tumor son los dolores óseos, precisamente en el hueso que afecta.
Así, con esta investigación se ha constituido una guía práctica para los médicos, que incluye recomendaciones para el diagnóstico y estadificación, seguridad de las imágenes durante el embarazo, terapia en el embarazo que incorpora un enfoque multidisciplinario, cuidados de apoyo, oncofertilidad y manejo del embarazo y el parto.
La autora principal, la doctora Georgia Mills, de la Facultad de Medicina Macquarie, argumenta que un diagnóstico de cáncer durante el embarazo es increíblemente angustiante para una paciente y su familia. «Pero además de esto, las mujeres pueden experimentar retrasos en el tratamiento, información inexacta y fallas en la comunicación, todo lo cual aumenta la preocupación asociada con un diagnóstico de cáncer y los temores por su bebé nonato».
«Los pacientes también han descrito una falta de sensibilidad sobre la preservación de la fertilidad, la lactancia materna, los riesgos de los medicamentos para el feto y la falta de información y grupos de apoyo. Queremos que las mujeres y sus bebés experimenten los mejores resultados de salud posibles, no atención retrasada o negada», agrega.
La autora principal, la doctora Gisele Kidson-Gerber, aporta que adoptar un enfoque multidisciplinario fue de suma importancia a la hora de preparar las directrices. «Los cánceres de sangre durante el embarazo presentan desafíos terapéuticos únicos, pero no existían pautas clínicas para su diagnóstico o tratamiento», comenta, a lo que agrega: «La mayoría de los tratamientos son posibles durante el embarazo, incluidas muchas formas de quimioterapia, pero esto no es lo que las pacientes esperan».
Las directrices se redactaron utilizando principios de codiseño, con un representante de los pacientes en el grupo de trabajo para garantizar que se comprendieran bien sus preocupaciones. Las directrices han sido respaldadas por los consejos de la Sociedad de Medicina Obstétrica de Australia y Nueva Zelanda y la Sociedad de Hematología de Australia y Nueva Zelanda.
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