Decálogo del cuidado de la piel

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La piel sufre todas las agresiones externas.

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Cuidados

La piel es nuestro mayor órgano y nos comunica con el exterior. Pero, por ello, sufre todas las agresiones externas. Cuidémosla, ha de protegernos toda la vida  y será nuestra carta de presentación siempre.

Sol

Las cremas de protección solar requieren una aplicación en cantidad adecuada (2 mg/cm cuadrado). Esto supondría que valorando la superficie cutánea (entre 1,2 y 2 metros cuadrados) un envase de crema solar de 150 ml nos debería durar apenas 4 aplicaciones.

En la mayoría de los casos, la eficacia del producto tiene un tiempo medio de dos horas, lo que requiere renovar la aplicación siempre recordando que el sudor o la grasa diluyen su eficacia.

La crema de protección solar tendría que tener siempre un factor de protección 50 +, que es el máximo posible. Pero ello no indica que su uso correcto evite el daño solar, sino que lo reduce. De hecho, el índice se refiere al tiempo que tardamos en sufrir eritema o quemadura solar. La crema solar reduce el riesgo de quemadura, pero no en la misma proporción en la que reduce el daño cutáneo y por ello el riesgo de envejecimiento y cáncer.

Por otro lado, los principios activos químicos tienen absorción cutánea y se considera no recomendable superar según la FDA los niveles sanguíneos de 0.5 ng/ml.

Hay ahora otro factor muy importante: El mayor índice de cáncer de piel tipo melanoma depende del sol y de las quemaduras solares sufridas antes de los 16 años.

Quienes acudimos a congresos internacionales de dermatología escuchamos con frecuencia dos frases que resumen la orientación hacia la protección en el momento actual:

«La protección solar en crema genera una falsa sensación de confianza».

«La mejor protección solar es buscar la sombra» 

De todo ello podemos concluir que es el momento de revisar periódicamente nuestra piel en busca de lesiones cutáneas que puedan ser importantes y, en su caso, controlarlas.

Es el momento de acudir con nuestros hijos de modo periódico a un dermatólogo, que revise su piel y les explique los cuidados que han de seguir en un país como España, de sol maravilloso que nos aporta vitamina D suficiente con 10 minutos de paseo matutino, pero a cambio nos lanza ese mismo sol a través del cristal de nuestros coches cuando conducimos, o en los parques cuando practicamos deporte al aire libre, o en los patios de los colegios jugando… el sol no esta solo en las hamacas de nuestras playas sino en nuestro día a día.

Alimentación

En relación a la alimentación es fundamental el aporte de vitaminas especialmente en frutas y verduras.

• La vitamina A que mejora nuestra piel y nos defiende de la radiación UVA y que encontramos en frutas y verduras de color rojo y naranja.

• La vitamina C potente antioxidante presente en frutas cítricas y en verduras de todo tipo como espinacas o judías verdes.

• La vitamina E mejora nuestra pie y se encuentra en los vegetales ricos en grasa como la soja, pero también en el brocoli y por supuesto en el aceite de oliva.

• Aportar proteínas, intentando que la fuente de aporte no sean carnes rojas o grasas, pero recurriendo a los lácteos y el pescado.

• Consumo de omega tres especialmente procedentes de pescado azul, que han demostrado su eficacia antiaging mas allá de su efecto en la piel, en la ralentización de la degeneracion neuronal.

• Alimentos antioxidantes como todos los frutos rojos (arandanos, frambuesas…), brocoli, uvas…

• Evitar el alcohol, y los azucares.

Son, por lo tanto, muchos los elementos que podemos introducir en nuestra dieta y que mejorarán nuestra piel y ralentizarán el envejecimiento.

Ejercicio

En relación al deporte es muy importante comprender que los hábitos sedentarios aceleran en el envejecimiento y el deterioro funcional no sólo de nuestro sistema osteo articular, sino de nuestros vasos sanguíneos, nuestro corazón, nuestros pulmones… pero del mismo modo hemos de entender que el deporte y la actividad física, habrían de realizarse de un modo racional, con asesoramiento de expertos que adaptan esa actividad la estructura física, peso, actividad profesional… de cada individuo, centrándose en las actividades que desarrollen aquellas áreas que precisemos potenciar.

El ejercicio físico orientado conduce a un bienestar también cutaneo. Pero este ejercicio, recordemos, en exceso, o no acomodado a una dieta suficientemente calórica, o bien al ser un ejercicio «de impacto» puede generar reducción de la densidad grasa subcutánea provocando la «cara de running» o corredor, con aspecto «cadavérico».  Hay que hacer ejercicio, pero controlado, orientado y adaptado a nuestras necesidades

Salud mental

Es muy importante recordar la relación entre nuestro cerebro y nuestra piel. De hecho comparten un origen común durante el desarrollo embrionario y por lo tanto la comunicación es directa y muy importante en el progreso de las enfermedades cutáneas o de la salud y belleza de nuestra piel.

Aquí es fundamental dedicar al descanso suficientes horas, para garantizar que durante el sueño «resetean» y se recuperan todos nuestros órganos, y especialmente la piel. Es durante el sueño el periodo en el que nuestra piel activa la formación de colágeno y la regeneración. La reducción en las horas de sueño se traduce en un deterioro cutáneo.

Y mas allá de eso una persona feliz es una persona más bella. Dentro de los hábitos de vida saludable habríamos de incluir la necesidad de salud interior, y esto no se refiere solo al tratamiento de patologías de salud mental… se refiere a que claramente los estudios científicos avalan que una vida feliz, rodeado de estímulos emocionales positivos, con afectividad, serenidad, actividades de desarrollo interior… se traduce en mejor salud cutánea, piel más bella y retraso del envejecimiento. Las personas felices «lucen» «más hermosas». Y más allá de eso el feedback es completo. Si nuestra piel luce bella somos también más felices.

Ducha diaria

Duchas diarias, con agua no muy caliente y con gel de baño y esponja. Eliminemos células muertas y sobrecrecimiento de algunas bacterias, que pueden favorecer irritaciones e infecciones. Y a continuación crema hidratante todos los días.

Cuidado con el abuso de jacuzzi o piscina con elevada temperatura que requieren el uso de mayor cantidad de sustancias químicas para evitar sobrecrecimiento de hongos, algas o bacterias en el agua y que pueden irritar nuestra piel.

Ropa

Por otro lado la ropa en contacto con la piel ha de evitar irritaciones, y en este sentido se recomienda algodón y colores claros, quedando prohibida la lana que genera reacciones inmediatas, y por su puesto se prohíben productos a los que el paciente presente alergia de contacto (sea níquel de joyas, acrilatos de esmalte de uñas…).

La ropa sintética pueden estar compuestas por carbón, alquitrán, amoniaco, petróleo o microplásticos, nada favorables en contacto con nuestra piel. Pueden resultar comodos pero siempre serán mejores los tejidos naturales deberían ser prioritarios pues además son biodegradables.

No descuidemos nuestro pelo

Reduzcamos al máximo el daño de la queratina con calor extremo o con productos químicos agresivos. Secadores, tintes… Utilicemos protectores solares e hidratemos con aceites.

Nuestras manos han de ser cuidadas como nuestra cara

Hidratar, evitando el lavado excesivo (higiene si, exceso no). Proteger del frio y del sol. Recordar que hay tratamientos dermatológicos que permiten eliminar manchas con láser o mejorar la calidad de la piel con inductores de colágeno inyectados con cánula que permiten recuperar la densidad de la dermis y aumentar el espesor cutáneo reduciendo el aspecto avejentado.

Y añadamos: Incluyamos un dermatólogo de cabecera en nuestras vidas. 

Dra. Elisa Pinto

Jefe de Dermatología Hospital Ruber Juan Bravo 39, Madrid

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