Enfermedades raras

Cuando lo invisible se visibiliza: ¿qué es el Síndrome 22q11?

Un trastorno genético poco frecuente con más de 180 manifestaciones clínicas posibles

El diagnóstico temprano y el apoyo multidisciplinar son claves para mejorar la vida de los pacientes

El Síndrome 22q11
El Síndrome 22q11 se produce por la pérdida de un pequeño fragmento del cromosoma 22.

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El 22 de mayo se conmemora el Día Internacional del Síndrome 22q11, una fecha clave para sensibilizar sobre una de las condiciones genéticas más comunes dentro del grupo de enfermedades raras. A pesar de su frecuencia, continúa siendo poco reconocida tanto por la sociedad como por muchos profesionales de la salud. Conocido también como Síndrome de DiGeorge o Deleción 22q11.2, este trastorno cromosómico puede originar múltiples manifestaciones clínicas, que afectan el desarrollo físico, cognitivo y emocional de quienes lo padecen.

El Síndrome 22q11 se produce por la pérdida de un pequeño fragmento del cromosoma 22. Esta deleción puede dar lugar a más de 180 manifestaciones clínicas diferentes, como cardiopatías congénitas, problemas inmunológicos, dificultades de aprendizaje, alteraciones del habla o trastornos del comportamiento, entre otros. Desde Medlines Plus estiman que afecta a 1 de cada 2.000-4.000 recién nacidos, aunque la cifra puede ser mayor debido a los casos no diagnosticados.

La Asociación Síndrome 22q España destaca que uno de los principales retos es el retraso en el diagnóstico, que puede llevar años debido a la diversidad de síntomas y a su gravedad variable. En muchos casos, los pacientes reciben diagnósticos erróneos antes de identificar correctamente la deleción cromosómica.

El poder de un diagnóstico precoz

Un diagnóstico temprano permite intervenir desde los primeros años de vida, mejorando de forma notable la evolución del paciente. El seguimiento por equipos multidisciplinares, compuestos por cardiólogos, logopedas, inmunólogos, psicólogos y genetistas es esencial para abordar las distintas áreas afectadas por el síndrome.

«Mi hijo fue diagnosticado con casi cinco años. Hasta entonces, nadie nos daba una respuesta clara» relata Rosa, madre de un niño con 22q11, en una campaña de sensibilización de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER). «Conocer el nombre de lo que tenía nos cambió la vida. Por fin supimos qué hacer, dónde acudir y cómo ayudarle», añade.

Avances científicos

Aunque no existe cura para el Síndrome 22q11, los avances científicos permiten mejorar su abordaje. La detección mediante pruebas genéticas como el FISH o la MLPA es hoy más accesible, y la investigación trabaja en estrategias que permitan modular los efectos de la deleción genética y ofrecer apoyos personalizados según la sintomatología de cada paciente.

La medicina personalizada y los estudios sobre el papel del 22q11 en el desarrollo cerebral también abren nuevas posibilidades para la prevención de algunos síntomas psiquiátricos asociados, como la esquizofrenia o la ansiedad, que pueden aparecer en la adolescencia o adultez en un porcentaje significativo de pacientes.

El papel de las asociaciones

La Asociación Síndrome 22q España lleva años trabajando para dar visibilidad a esta condición, ofrecer apoyo a familias y pacientes, y formar a profesionales sanitarios. Cada 22 de mayo, iluminan monumentos, organizan jornadas informativas y promueven campañas como «Rómpete la camisa», para representar cómo este síndrome «rompe con lo previsto».

Desde FEDER, también se suman al llamamiento: «Conocer lo invisible es el primer paso para cambiar la vida de muchas familias. Necesitamos recursos, formación médica, inclusión educativa y social. Y sobre todo, necesitamos que el 22q11 deje de ser una rareza silenciosa y se convierta en una prioridad visible».

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