¿Por qué los contadores de calorías resultan tan poco fiables?

¿Por qué los contadores de calorías resultan tan poco fiables?
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Después de una sesión de entrenamiento de fitness los deportistas muestran un gran interés por conocer los resultados y evoluciones. De ahí que muchos de ellos utilicen gadgets como los que incluyen contadores de calorías para conocer con inmediatez la cantidad de energía quemada. A continuación te explicamos por qué los contadores de calorías resultan tan poco fiables.

Una investigación llevada a cabo por científicos del Instituto Nacional de Salud y Nutrición de Japón se centró en el nivel de exactitud de algunos de los dispositivos portátiles más conocidos del mercado, entre los que se encuentran por ejemplo el Garmin Vivofit, Jawbone UP24, Fitbit Flex, Suzuken Lifecorder EX, Withings Pulse O2, ActiGraph GT3X, Epson Pulsense, Panasonic Actimaker, Misfit Shine, Omron CaloriScan, Tanita Am-160 y Omron Active Style Pro.

Los había de todos los tipos posibles, desde lo que se colocan en la muñeca, se llevan en el bolsillo o simplemente se ajustan a la cintura. Todos ellos coincidían en que realizaban la misma función, que era medir la intensidad y la cantidad de actividad física diaria y a través de un algoritmo conseguir una estadística en donde aparecerán las calorías que se quemaron durante el ejercicio.

Para que no existiese ningún error a la hora de conseguir estos datos, las 19 personas que tomaron parte en el estudio llevaron consigo los 12 gadgets a la vez, de los cuales seis eran pulseras, cuatro se portaban en la cintura y otros dos en el bolsillo.

El estudio consistió en varias pruebas. En la primera de ellas estos voluntarios pasaron un día entero en una cámara metabólica, respetando un protocolo de alimentación, con tres comidas, trabajo de escritorio, tareas del hogar, mirar la televisión, dormir y caminar sobre una cinta. Todo ello se hacía mientras había una supervisión por parte de los científicos, que se encargan de monitorizarlo todo.

De media solían quemar unas 2.093 calorías, aunque los distintos dispositivos empleados no mostraron la misma cifra. En algunos casos, las diferencias eran abismales. El Garmin y el Jawbone mostraron unas 200 calorías menos, mientras que Misfit y Fitbil hacían todo lo contrario aumentando en 200 las calorías consumidas.

En una segunda prueba los participantes consumieron agua en donde el oxígeno y el hidrógeno fueron modificados para generar isótops que pudiesen ser captados en la orina. A continuación, regresaron a la normalidad durante quince días, en donde todo lo que hacían se monitorizaba con estos dispositivos, excepto en ocasiones contadas, como cuando tenían que cargar las baterías o se metían en la ducha. En total, quemaron de media unas 2.314 calorías diarias.

Los resultados fueron bastantes parecidos a los contabilizados en la primera prueba, según recoge la revista Jama Archives of Internal Medicine. Muchos de los dispositivos mostraron datos por debajo de la cifra real, algo que los investigadores atribuyeron a los momentos de parón, como fue el periodo de carga de baterías.

El responsable de esta investigación, Kawakami Murakami, asegura que los resultados conseguidos sugieren que estos aparatos tecnológicos no ofrecen una medida válida del gasto total de energía. Aunque no sean exactos, sí que se pueden emplear para realizar comparaciones de un día para otro.

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