Consejos para mejorar la limpieza de los oídos
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¿Utilizar o no bastoncillos para limpiar los oídos? Es una pregunta que nos hacemos con bastante frecuencia, aunque la solución está bien clara. Los profesionales de la sanidad aconsejan dejar de lado los bastoncillo y utilizarlos únicamente para el aseo de las orejas y la zona externa del oído, sin introducirlo nunca en el canal auditivo. Resultarán útiles para limpiar los pliegues que hay en las orejas En este artículo te daremos unos consejos para mejorar la limpieza de los oídos.
En primer lugar es preciso tener en cuenta que la cera no es tan mala como pensamos, ya que cuenta con una función de protección. Por lo general, cuando hay un exceso de cerumen suele salir de manera natural por el orificio externo, por lo que en la ducha nos limpiaremos con cuidado la parte externa del oído con el propósito de acabar con ese exceso de cera.
Para acabar con la acumulación de cera el agua oxigenada nos puede servir de gran ayuda. Basta con calentar un poco media taza de agua y luego echarle media taza de agua oxigenada. Con esta mezcla se rellena un gotero y nos tumbaremos para llenar el oído con este líquido, dejando que actúe la mezcla durante tres minutos. Transcurrido este tiempo nos daremos la vuelta para salga el líquido y enjuagaremos bien con agua tibia el oído.
En el caso de tener una cierta predisposición a la acumulación excesiva de cerumen, lo más aconsejable es acudir un par de veces al año al otorrinolaringólogo para que nos retire los excesos y tapones que se hayan acumulado. Lo importante es que vuelvas a escuchar con normalidad.
Evitar los bastoncillos
En el armario del baño seguro que la mayoría de las personas tienen una caja de bastoncillos. Sin embargo no se recomienda su uso porque pueden resultar muy dañinos para los oídos. Intentaremos emplearlos sólo para la parte externa del oído ya que si se introducen en el canal auditivo pueden provocar traumatismos o laceraciones que desencadenen en una infección. Al meter en el oído el bastoncillo de algodón lo único que se consigue en realidad es introducir más el cerumen, impidiendo que ejerza de manera adecuada con su función de protección, dejando que quede atrapada en la zona más profunda del conducto. Además, cuando se empuja demasiado la cera se puede llegar a bloquear el canal auditivo con el riesgo de perder la audición.
Lo más normal es que al limpiar los oídos intentemos retirar todo el cerumen que se pueda, pero tampoco es cuestión de olvidarse de las funciones defensivas que tiene. Forma parte de las defensas naturales de nuestro cuerpo, intentando garantizar que los oídos queden libres en todo momento de cualquier tipo de infección, ejerciendo además una función antibacteriana.
Además de provocar infecciones o arrastrar la acera hacia adentro, el uso del bastoncillo también puede provocar daños graves como la rotura del tímpano. Las perforaciones más severas pueden llegar a provocar parálisis facial y vértigos, así que limitaremos al máximo el uso de este algodón.