El 25% de la población adulta occidental sufre varices

La circulación venosa, también denominada circulación de retorno, está constituida por una amplia red de venas cuya función es llevar la sangre de los diferentes tejidos hacia el corazón. Para ello, las venas tienen un aparato valvular en su interior que permite el paso de la sangre únicamente en una dirección, siempre hacia el corazón. En las piernas, estas válvulas permiten el paso de la sangre en dirección al abdomen impidiendo el paso en dirección a los pies. El problema surge cuando, por distintos motivos, estas válvulas no son capaces de devolver correctamente la sangre al corazón. Esto se conoce como insuficiencia venosa leve, que provoca un reflujo de la sangre hacia el sistema venoso superficial. Como consecuencia, aparecen la inflamación y la hinchazón, son las llamadas varices.

Según afirman en la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV), se considera que un 25% de la población adulta del mundo occidental (1 de cada 4 personas) tiene varices, aunque si se tienen en cuenta las arañas vasculares y las pequeñas varices menores, el porcentaje se incrementa hasta valores cercanos al 70%. La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFyc) en su guía sobre ‘El manejo de la enfermedad venosa crónica en Atención Primaria’ afirman que las varices son una de las consultas más frecuentes en los centros sanitarios.

Por su parte, la Comunidad de Madrid ha editado una guía con recomendaciones para pacientes en la que se afirma que la cirugía de las varices es aceptada como el método terapéutico más eficaz y de mejor pronóstico aunque no siempre está indicada y puede no ser suficiente. Enumera, asimismo, las diversas técnicas quirúrgicas para combatir las varices que van desde la ‘safenectomía’ o extirpación de las venas superficiales enfermas, hasta reconstrucciones complejas de venas del sistema venoso profundo, pasando por la flebectomía ambulatoria que permite extirpar venas varicosas bajo anestesia local y sin necesidad de ingreso hospitalario, la escleroterapia, la cirugía con láser, etc… La Sociedad Española de Enfermería Vascular y Heridas (AEEVH), enumera y recomienda los siguientes métodos:

1. Cirugía
   
   Al aparecer las varices, hay que acudir a un cirujano vascular para que evalúe la conveniencia de realizar una intervención quirúrgica o la utilización de otro método.
   Generalmente, cuando una variz adquiere cierto tamaño y se convierte en algo más que una molestia, se opera, es decir, se extirparla en quirófano. Si el problema es grande se procede a la llamada ‘fleboextracción de safena’, donde se extirpan todas las venas varicosas visibles y la vena safena interna (que va desde el pie hasta la ingle) o la externa (que va desde la parte externa del pie hasta la parte de atrás de la rodilla). La operación dura alrededor de una hora y el postoperatorio depende de la gravedad de las varices. La recuperación lleva más de un mes y puede que sea necesario el uso de vendas de compresión.
2. Ultrasonidos focalizados de alta intensidad
   
   Se trata de ondas sonoras que se transmiten en el espacio por la vibración de las moléculas originando un gran calor que se proyecta sobre la variz. Mediante un ecógrafo se localiza la variz o la vena objetivo y el emisor de ultrasonidos emite un haz de alta intensidad que se concentra en ese punto lo que produce un incremento de la temperatura que vaporiza la variz haciendo que se contraiga, se destruya y se cierre, respetando los tejidos que la rodean.
   El tratamiento es totalmente extracorpóreo, a través de la piel. No requiere de incisiones, catéteres ni inyecciones químicas, es decir, no es necesario preoperatorio, no existen cicatrices, riesgo de infección o hemorragias.
3. Endoláser Se trata de una técnica poco agresiva que evita la incisión inguinal y el estiramiento de la vena. Se elimina la vena safena mediante la aplicación de calor a través de una fibra óptica. Para llegar a la vena a tratar hay que introducir el dispositivo mediante un catéter en la vena con una punción o incisión. Para ello se precisa anestésico y además un entorno estéril, es decir un quirófano.El proceso se realiza con anestesia local y sedación. Se requiere un preoperatorio y como en toda cirugía que invade nuestro cuerpo aunque sea mínimamente, existe riesgo de hemorragia e infección. Algunas de las ventajas de esta técnica son: intervención quirúrgica sin ingreso, reducción del tiempo quirúrgico, técnica menos recidiva y la incorporación más rápida a las tareas cotidianas entre otras.
4. Radiofrecuencia
   
   Consiste en la eliminación de la vena safena mediante la aplicación de energía controlada en forma de calor a través de un catéter que se introduce mediante de una punción y con control ecográfico. Es necesario usar anestesia local y sedación. Es una técnica poco agresiva que evita la incisión inguinal y el estiramiento de la vena. Las ventajas de esta técnica es que la incorporación a las tareas cotidianas se hace de forma muy rápida. No hace falta ingreso hospitalario lo reduce el tiempo quirúrgico.
5. Ablación mecánico-químicaSe trata de eliminar la vena safena usando dos métodos combinados: la introducción de un catéter que gira y lesiona la pared interna de la vena (método mecánico) y la inyección de un líquido esclerosante (químico). Esta técnica requiere el uso de anestesia tumescente, lo que aumenta las molestias y el dolor durante el procedimiento ya que este tipo de anestesia se asocia con malestar postoperatorio y puede conllevar un riesgo de daño neurológico o en la piel. Aunque es una técnica mínimamente invasiva es prácticamente indolora y el paciente se puede incorporar a sus tareas cotidianas muy rápidamente.
6. Escleroterapia ecoguiadaLa escleroterapia se suele usar para terminar con las venas varicosas pequeñas y las arañitas. Consiste en inyectar una solución esclerosante, en forma de espuma, directamente en el interior de la vena lo que provoca irritación y una posterior oclusión de la misma. La espuma de escleroterapia hace que la vena cicatrice y se cierre, haciendo que la sangre recircule a través de venas más sanas. La vena colapsada es absorbida por el tejido local y con el tiempo desaparece, en el plazo de unas pocas semanas; aunque a veces puede pasar más de un mes para ver el resultado final.En algunos casos, se necesitan varios tratamientos de escleroterapia porque se trata de un método que permite la eliminación progresiva de las varices de cualquier tipo y en cualquier localización. Las venas tratadas se van reabsorbiendo y muchas veces es necesario repetir el proceso porque puede requerir retoques en algunas partes de la misma. Esta técnica no precisa anestesia y no produce cicatrices por lo que no es necesaria recuperación postoperatoria.
7. Pegamento para varices
   
   Es un tratamiento para la eliminación de varices sin cirugía en el que se introduce un adhesivo sellador para las varices. Es un ‘pegamento médico’ aprobado para el uso vascular que permite acabar de manera definitiva con las molestas y poco invasivo. Lo que hace este ‘pegamento’ es secar la vena dilatada y enferma. Con este procedimiento se evita realizar estiramientos o extracción venosa. Se realiza bajo anestesia local y es totalmente indolora.
8. Crioterapia
   
   Consiste en la extirpación de varices mediante frío con técnica de crioterapia (criostripping), se introduce la sonda por una incisión hasta la vena dañada que se trata con frío para provocar su cierre. Este tipo de tratamientos se pueden hacer con anestesia local y de manera ambulatoria.