Son muchas las coincidencias que hacen replantearnos que obviamente esto no ha sido un suicidio. Putin podría obrar de manera más sutil, contratar servicios que se encargaran de que la muerte no hiciera sospechar a nadie, pero parece que quiere que notemos que esto lleva su firma. A modo de «aviso a navegantes» a sus próximas víctimas.
Un ejecutivo de alto nivel en el sector energético de Rusia ha muerto después de caerse de un barco en marcha el fin de semana, convirtiéndose en la más reciente de una serie de muertes misteriosas en los círculos de Vladímir Putin.
Ivan Pechorin, de 39 años, era el director gerente de Far East and Arctic Development Corporation (ERDC) y navegaba frente a la costa de la isla Russky en el mar de Japón el sábado cuando cayó por la borda del barco a toda velocidad. Su cuerpo fue recuperado del agua el lunes.
Sólo unos días antes, Pechorin había asistido al Foro Económico Oriental, organizado por el presidente Vladímir Putin en Valdivostok.
«La muerte de Iván es una pérdida irreparable para amigos y colegas, una gran pérdida para la corporación», dijo ERDC en un comunicado publicado en su sitio web, según publica el diario New York Post.
La muerte de Pechorin se produce ocho meses después de que su exjefe, Igor Nosov, muriera de un derrame cerebral a los 43 años. Y ya forma parte de la serie de muertes misteriosas que involucran a importantes empresarios con vínculos con el Kremlin desde principios de año, clasificadas de suicidios o accidentes.
El 1 de septiembre, Ravil Maganov, de 67 años, vicepresidente de la compañía petrolera rusa Lukoil, murió por una supuesta caída desde una ventana en el mismo hospital de Moscú donde Putin acudió más tarde a presentar sus respetos finales al exlíder soviético Gorbachov.
Yuri Voronov, de 61 años, un alto ejecutivo de Astra Shipping, fue encontrado muerto a tiros en su piscina en julio.
Asimismo, el vicepresidente de Gazprombank, Vladislav Avayev, de 51 años, mató en abril a tiros a su esposa e hija, y luego se suicidó.