El Trumpantojo (así te salva Sánchez del fascismo)

George Lakoff escribió No pienses en un elefante para demostrar que la derecha norteamericana era más hábil que la izquierda a la hora de establecer marcos mentales con los que controlar e imponerse en el debate público. Su tesis: «Si mantienes su lenguaje y su marco, y te limitas a argumentar en contra, pierdes tú, porque refuerzas su marco».
En España es la izquierda quien impone sus dogmas progres a nuestra derecha liviana. Y cuando está en apuros, dicta de qué se habla para desviar la atención. A diferencia de Lakoff, a Diego Rubio, el gurú doctorado en la ética del engaño que dirige la estrategia sanchista, le interesa que no dejemos de pensar en el elefante (icono del Partido Republicano) que hoy representa Trump. Y el republicano no ha defraudado a la hora de dar facilidades para ser usado como trampantojo por la factoría monclovita del engaño.
Asistimos de esta forma al milagro de socialistas y comunistas convertidos a la nueva fe del libre mercado clamando contra los aranceles mientras a la vez te fríen a impuestos que luego malversan para convertir TVE en LaSexta 2. El maldito arancel es lo que ves. Que el daño al PIB nacional vaya a ser menor que el que causará la reducción de la jornada laboral, es lo que no quieren que veas. Así funciona el trumpantojo.
Y mientras la megafonía sincronizada desde Moncloa te aterroriza con la descomposición del orden mundial por el delirio del magnate norteamericano y su corte de excéntricos, delante de tus narices (¿Leíste a Zapatero y su confesión de cómo se está negociando bajo cuerda el reconocimiento de Cataluña como nación?) desguazan tu España, la histórica y la constitucional, la que te garantiza vivir en un país de ciudadanos libres e iguales, porque ese es el arancel que tiene que pagar el marido de Begoña Gómez para defenderte del fascismo.
Sánchez exhumó a Franco de su mausoleo para dignificar tu democracia. No hay contradicción con que ahora lleve flores al mausoleo del sanguinario Ho Chi Minh y agache la cerviz ante la dictadura china porque Trump es el Mal Absoluto y Pedro, Nuestro Salvador, sólo busca aliados contra él.
Así que no le vayas con el cuento de si su tetraimputada mujer se sirvió también de su posición para interceder en favor del rescate público de una aerolínea, con cuyo propietario compartía negocios. Ni le molestes con chismes de si su ministro y número dos en el PSOE llenó un hotel público de putas en plena pandemia para una juerga que acabó con la habitación destrozada.
Da igual que Boris Johnson cayera por una fiesta privada de cumpleaños en el 10 de Downing Street con el Reino Unido confinado. O que Luís Montenegro, primer ministro de Portugal, lo hiciera hace unas semanas al verse su esposa envuelta en un conflicto de intereses.
Pedro no preside un Gobierno democrático obligado a rendir cuentas. Eso es un bulo de los pseudomedios. Él ha acudido a la llamada de la Historia, con mayúscula, y ha sido ungido para encarnar una misión trascendente. Es el Mesías que la Democracia nos envía para enfrentar a Trump. A ver si te enteras de una vez y dejas de hacerle el juego a la ultraderecha.