Súper Pepiño

José Blanco
José Blanco

Zapatero dejó España en el averno (no sólo económico), pero no se le puede negar al vallisoletano con aspiraciones leonesas que a sus amigos les dejara a la intemperie. A sus visitadores nocturnos mediáticos –Contreras, Barroso, Roures, Benet, etc…- con su canal televisivo nacional, a su jefe de prensa en La Caixa y así sucesivamente. Pero, quizá, aquel genio del zapaterismo (inventor de la ZP), llamado José Pepiño Blanco, es el máximo exponente de la cosa.

Manejó con mano de hierro Ferraz y sus finanzas hasta convertirse en ministro de Fomento (nada menos, toda la pasta del mundo) y luego se fue una temporada al Parlamento Europeo para que se olvidaran algunas de las grabaciones que le realizaron en una gasolinera gallega en tratos con algún empresario indeseable. La cosa, judicialmente, quedó en nada.

Pues bien, como suelen hacer los que lucen títulos de Harvard, Yale o Stanford (ninguno de estos casos, precisamente, pueden adjuntarse al hombre de Palas de Rei -Lugo-), Blanco abrió despacho profesional en forma de lobby bajo el nombre de Acento Public Affairs. Firma que a tenor de ciertas investigaciones multiplicó por 14 su facturación durante el 2020, justo el año de la pandemia cuando la economía se colapsó. Sostiene también CS que ese impresionante salto en los denarios se debe a que el Gabinete de marras se ofreció a las empresas del Ibex para asesorar acerca de cómo acceder con ventaja a los fondos europeos (y otros) que adjudica el Gobierno.

Ahora lo tendrá más fácil, porque el bueno de Antonio Hernando ha sido perdonado por el ser superior y ya tiene despacho en Moncloa.
¿Quién dijo que José Blanco era un working class?

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