Y si el sistema de pensiones revienta, que lo arregle el siguiente
Bien está mantener el poder adquisitivo de las pensiones, pero el problema es cómo. Con una inflación superior al 10% y una deuda pública desbordada, el Gobierno tendrá que transferir casi 20.000 millones de euros (19.888) para actualizar las pensiones con el IPC en 2023, algo que convierte a España en un caso único, porque no hay país en el mundo que ponga en peligro la viabilidad del sistema. Y es que, claro, en 2023 habrá elecciones y el Ejecutivo socialcomunista pretende comprar la voluntad de los pensionistas a golpe de talonario.
El techo de gasto presentado por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, contempla una transferencia a la Seguridad Social mayor en 1.500 millones de euros que la cantidad inyectada en 2021. Y le permite cubrirse de una subida de los precios mucho mayor de la que contemplaba hasta ahora. El Banco de España calcula que el coste de ligar las pensiones al IPC tendrá un coste de 13.500 millones tomando una inflación media en 2022 del 7,5%, mientras que la OCDE eleva esta cifra hasta los 14.600 millones de euros, un sobrecoste tremendo que la Seguridad Social no puede asumir ni de lejos con las cotizaciones de los trabajadores. De hecho, ya este año está teniendo que sufragar con deuda pública gran parte de las prestaciones.
Insistimos: las cuentas de España no pueden bajo ningún concepto permitirse un incremento de esta naturaleza. Porque el problema se producirá cuando la UE nos conmine a acabar con la fiesta del gasto y el próximo Gobierno tenga que asumir la cruda realidad. Lo que está haciendo Sánchez es hipotecar las generaciones futuras con medidas que van contra la más elemental lógica económica. Pan para hoy y hambre para mañana. Porque una subida a los pensionistas equivalente a la inflación no la aguantan las costuras de un país cogido con alfileres. Pedro Sánchez ha debido pensar aquello de «si el sistema revienta, que lo arregle el siguiente». ¿Se acuerdan de Zapatero que prometió el oro y el moro y, cuando vino la corriente, congeló las pensiones? Pues eso.