Si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado

Educación digital

¿Quién de nosotros no ha oído hablar todas las bondades de los países nórdicos? Siempre a la vanguardia, con una gran calidad de vida, y una floreciente economía.

Suecia -por ejemplo- fue la primera ciudad verde en Europa gracias a que consiguieron que el transporte público circulara exclusivamente con combustibles biodegradables, el 96% de su población tiene conexión de banda ancha, y es uno de los grandes líderes en el tema del dinero digital.

¿Cuál es el secreto para que los nórdicos lo hagan todo bien y que aún los mediterráneos no hemos descubierto? ¿Será la educación?

Pues justamente, hace un par de semanas circuló la noticia de que los suecos regresaban a los textos escolares en los colegios. ¿La razón? El bajo rendimiento educativo de los alumnos, por el uso excesivo de las pantallas en las aulas. A pesar de que en Suecia la educación es un tema consensuado y no manejado por el gobierno de turno, el partido de centroderecha quiere el regreso de los libros, y ya ha dispuesto un presupuesto para su reincorporación en la enseñanza.

En España, hasta antes del confinamiento, el uso de la tecnología en la enseñanza resultaba bastante tímida, y se limitaba al reemplazo de algunos textos físicos por digitales, sistemas numéricos para la entrega de trabajos y notas, y el uso de algunos recursos durante las clases. Con la llegada de la pandemia, colegios y universidades tuvieron que «digitalizarse» de un día para otro para poder seguir impartiendo las clases.

Y aunque muchos sufrimos todas las peripecias que vivieron las instituciones, profesores y alumnos para conectarse, la realidad es que aquello a lo que llamaron transformación digital, no fue nada distinto a que los profesores dieran sus clases por Zoom, utilizando las mismas dinámicas de enseñanza que en lo presencial. ¿Cambiar un aula de clase por una plataforma se puede llamar digitalización?

En un mundo en el cual las máquinas han ido remplazando los puestos de trabajo repetitivos, la educación española sigue estando basada en un modelo sustentado por la memorización de contenidos. Acaso nadie se ha dado cuenta de que estas máquinas son capaces de manejar montañas de información en tiempo real. ¿Entonces de qué nos sirve hoy aprender a memorizar?

Nos creemos muy modernos por utilizar plataformas o redes sociales en la educación, pero eso no quiere decir en ningún caso que seamos digitales. Ser digital no es usar tecnología, ese es el medio, ser digital es una forma de ver, pensar, actuar y entender el mundo de una forma que nunca habíamos visto.

Y nuestros hijos van a tener que enfrentarse en sus trabajos a la inteligencia artificial, que son máquinas que van a requerir a su lado personas con una gran capacidad de análisis, de pensamiento crítico, de resolución de problemas complejos, de ética, de creatividad, de empatía y de capacidad de comunicación.

Y es allí donde la educación debería estar pensando en cómo fomentar estas llamadas «habilidades blandas» en el aula, de las cuales el World Economic Forum lleva más de 20 años hablando; y estas habilidades no se aprenden en textos digitales, se fomentan enseñando a pensar y a cuestionarse a los alumnos.

Y a pesar de que el mundo pide a gritos personas con mentalidad abierta, y materias como la filosofía son de las pocas que ayudan a los jóvenes en este desarrollo cognitivo, el actual gobierno ha decidido reducirla, porque en el afán de hacer un revisionismo histórico para sustentar sus batallas políticas como el machismo, es capaz de manipular la importancia de la filosofía, reduciéndola a que Aristóteles era machista o esclavista, en lugar de aplicar su inmenso legado para enseñar a pensar a las personas.

Si seguimos solos por este camino, llegaremos rápido a formar toda una generación de jóvenes que no estarán preparados para el trabajo en la era de la inteligencia artificial.

Así que si queremos llegar lejos, tal vez debamos ir acompañados por modelos como los nórdicos, que entendieron que la digitalización no son las pantallas en el aula, y que sus gobiernos comprendieron que ni la filosofía ni la educación deben ser un discurso político.

P.D. El New York Times publicó un artículo llamado La interacción humana es un lujo en la era de las pantallas en marzo del 2019, en donde afirmaba que la educación digital sería para los pobres y los ricos pagarían colegios con profesores sin tecnología en las aulas.

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