Una serpiente muy peligrosa

Una serpiente muy peligrosa

“La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?”. Aquella romántica Sonatina de Rubén Darío que todos recordarán, da pie para mofarse de Sánchez, pues acaba de pegarse otra bofetada descomunal en las andaluzas. Suplanten a la princesa por un ofidio y escuchen la Sonatina, en tonos macabros: “La serpiente está triste… ¿Qué tendrá la serpiente? Los suspiros se escapan de su boca indecente, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La serpiente está pálida en su silla de oro; está mudo el teclado de su clave sonoro y en un vaso, olvidada, se desmaya, su flor”. La princesa de Darío ha mutado en réptil y a nadie respeta. Es tan soberbio, inculto, ladino y cobarde que no da la cara, ni admite sus fracasos. Hace cuanto prohíben las leyes, se ríe de los jueces y de sus semejantes y se extraña, de que la gente le odie y no le vote.

Aparte de fantoche, Sánchez es una serpiente muy peligrosa. Las alteraciones descritas por Kleits  modificaron la conducta del déspota y hoy es un demente que vive alejado de la realidad. Brotó para destruir todo lo que merece respeto y cuanto antes nos libremos del veneno de sus colmillos, mejor nos irá. Por fortuna le quedan pocos meses para disfrutar de los palacios… España nunca tuvo un presidente del gobierno tan amigo del fraude y de sus socios delincuentes, que odian a muerte a nuestra nación. Hay que acabar con este desalmado porque a la gente sensata le da yuyu un bicho que se arrastra y que cree ser Zeus.

Cuanto rodea a Sánchez, se descompone. De la misma forma que utilizó y traicionó a las tribus de Podemos, esos ineptos comunistas, traicionarán al déspota. Los seres vulgares, por codiciosos, nunca lograron entenderse. Ansían el poder para enriquecerse y usan su ideología basura… como propaganda. Hugo Barcáiztegui, experto en detectar monstruos, me dice: “Cada vez que veo a este ególatra subliminal creo más en el demonio”. El lúcido y siempre genial Raúl De Pozo, también lo tiene claro: “Esto no va de derechas o izquierdas, sino de protegernos de esta cuadrilla de aficionados”. Como Feijóo no saque bien pronto al reptil de la Moncloa, los españoles lo vamos a tener crudo.

“La serpiente está triste… ¿Qué tendrá la serpiente?”. Pues que la inflación que juraba tener controlada, se le disparó y ha subido al 10’2 % en junio, el nivel más alto desde 1985, cuando, casualmente, gobernaban los socialistas. Analicemos el ridículo que ha hecho el títere, algo habitual, en la cumbre de la OTAN, persiguiendo a Biden… sin parar, para hacerse montones de fotos con él. En cambio, fue Felipe VI el que hizo buenas migas con el presidente de los EEUU. Y el de Scranton, harto de que el pelma le acosara frenéticamente, lo toreó con arte y le endilgó lo que traía planeado, otros dos destructores norteamericanos para la Base Naval de Rota. El yankee, tras rechazar compartir una rueda de prensa final, decidió no invitar a semejante pelmazo a la Casa Blanca. Así de sólida es la amistad que Sánchez alardea tener con Biden. Última y excelente noticia. Michavila, el mago demoscópico que clava todas las encuestas, predice que la serpiente no se presentará a las próximas elecciones.

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