Sánchez, seis años besando a Bildu

Sánchez Bildu
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

¡Vivir para ver! ¡Vivir para  oír! A punto de que los vascos emitan una vez más sus inquietudes en las urnas hemos asistido a un nuevo espectáculo de obscenidad política y personal por parte del PSOE y sus dirigentes, especialmente el jefe Sánchez y el edecán principal, Óscar Puente. En realidad, ninguno de los actuales dirigentes de la ex socialdemocracia española se salva de la quema.

Hay intenciones que reclaman indignación y desprecio. Un señor que es presidente del Gobierno gracias al apoyo de los herederos de los terroristas etarras nos viene ahora a contar la milonga sin estribillo de que no conoce a Otegi y sus secuaces que se niegan a condenar a ETA, ni siquiera cuando se acercan al Gobierno, de su entelequia bajo la denominación de Euskadi.

Hay que escribirlo y repetirlo: Sánchez es el jefe del Gobierno de España gracias a sus enjuagues con Bildu (entre otros) y ahí está el Ayuntamiento de la ciudad de Pamplona para acreditarlo. Ese paripé es tan indigno como todo lo que políticamente la ha rodeado durante más de seis años.

¿Quién coño se va a tragar que después de sus cósmicas y sucesivas mentiras que no pactará con aquellos que se niegan a condenar los asesinatos de sus conmilitones en el PSOE y, en general, las mil víctimas a manos de aquellos asesinos que hoy tienen nueva representación en las instituciones? Pues, aunque parezca mentira, no son pocos los que se lo degluten a pies juntillas, algo realmente que no se puede hallar en ninguna democracia del mundo.

En lugar de intentar levantar muros entre los constitucionalistas para impedir la alternancia en el poder (algo consustancial a cualquier democracia, ya que sin esa posibilidad la democracia no existe) debería empeñarse en levantar un muro entre los que todavía jalean a los asesinos y los hombres de bien y de paz .

Resumiendo, bajo el mandato sanchista, el PSOE ha dejado de ser una formación constitucionalista, como denuncian aquellos ex dirigentes como Felipe González y Alfonso Guerra, que sí lo eran. El constitucionalismo en las urnas vascas del próximo domingo sólo tiene la del Partido Popular. Tampoco lo es, no lo fue nunca, el Partido Nacionalista Vasco; ahora bien que los vascos sepan, al menos, lo que se juegan. Luego que no vengan como lloriqueos…

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