El salario mínimo desnuda las contradicciones del Gobierno

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El debate sobre si es o no pertinente que alguien que cobre el salario mínimo pague IRPF se presta múltiples interpretaciones, porque si un sueldo de 16.576 euros al año tiene que quedar exento de tributar -lo que sería, por otra parte, razonable-, la exención tendría que ser extensible, en consecuencia, a los pensionistas que ahora tributan pese a ingresar una cantidad similar -y aún menor-. Lo lógico sería, en todo caso, que el Gobierno no tratara siempre de sacar tajada, que es lo que hace cuando vende a bombo y platillo la subida del SMI o de las pensiones: obligar a pasar por la caja de Hacienda. El debate sobre la fiscalidad del salario mínimo lo que revela es que tenemos un Gobierno mínimo que es el paradigma de la incoherencia, con una capacidad portentosa para decir una cosa y la contraria según sople el viento.

Ahora, el Ejecutivo defiende que quienes reciben el salario mínimo tienen que tributar, argumento que tendría coherencia si no fuera por el pequeño detalle que fue el Gobierno de Pedro Sánchez el que hace un año dijo que era «imprescindible» la exención del IRPF en el salario mínimo interprofesional (SMI) que ahora niega. Así lo indicó en el real decreto de modificación del impuesto, aprobado por el Consejo de Ministros con fecha de 6 de febrero de 2024 y en una respuesta parlamentaria ofrecida a Vox en el Congreso de los Diputados el pasado 26 de marzo.

El Ejecutivo justificó que la elevación de la cuantía del salario mínimo interprofesional (SMI) de 15.000 a 15.876 euros anuales -este martes volvió a subir a 16.576 euros para 2025- hacía «conveniente revisar la regulación del Reglamento del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas para evitar que los contribuyentes que perciben rendimientos del trabajo por cuantía igual o inferior al salario mínimo interprofesional soporten retención o ingreso a cuenta». Eso decía entonces: exactamente lo contrario de lo que dice ahora. Lo dicho: son la apoteosis de la contradicción. Un gobierno mínimo, muy mínimo.

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