De la república no existe, al puto C1

catalán

Mira que hay youtubers, tiktokers, instagramers y aspirantes varios al famoseo y nada. No consiguen viralizarse. En cambio, Begoña tuvo la osadía de meterse con el «puto C1 del catalán» y ya es famosa. Por si no conocen el vídeo, esta enfermera andaluza se grabó para criticar la exigencia de ese examen en las oposiciones. Y la que le ha caído encima, ni que se hubiera metido con la Virgen del Rocío. Ah no, que eso es libertad de expresión.

Pero lo de Begoña no, eso no era libertad de expresión, sino un grave atentado, peligrosa transgresión, pecado mortal. Y ello ha requerido la intervención de nuestros servidores públicos que, sin cita previa ni «vuelva usted mañana», han interrumpido su café de mediodía para, rápidamente, abrir expediente a la peligrosa enfermera.

Ni siquiera los grandes sindicatos han intercedido por ella. Y hasta uno de los miembros de UGT ha sido el instructor del caso y encargado del interrogatorio que, exclusivamente en catalán, durante 50 minutos y con formas policiales, le ha dedicado. Tampoco el Ministerio de Igualdad, tan presto a victimizar a las mujeres, ha salido en su defensa. Se ve que la ministra está más ocupada en buscar discotecas para lesbianas o en convencernos de que no tienen la culpa de las rebajas de penas a los delincuentes sexuales.

El asunto, claro está, ha terminado con la enfermera despedida y alejada de los hospitales catalanes, no vaya a ser que, entre gasa y gotero, no sepa pronunciar con auténtico acento del Puigcerdá.

Y así, otra más. De «la república no existe, idiota» de aquel policía, también expedientado, al «puto C1, del catalán se lo va a sacar mi madre» de Begoña, pasando por el niño de Canet, han pasado 4 años en los que algunos, hipnotizados por el bamboleo de nuestro presidente y acostumbrados a la matraca indepe, se han creído aquello de la normalización institucional y la recuperación de la convivencia.

Pero lo que se ha normalizado es lo anormal, en eso ha consistido la agenda del reencuentro diseñada por Moncloa: en aumentarles el presupuesto, mientras se mira para otro lado, cuando se malversa por la causa o se incumplen las sentencias judiciales, en cesar a la directora del CNI por perseguir a delincuentes mientras se indulta a los mismos delincuentes, en expedientar a trabajadores o cancelar a profesores universitarios por ofender al nacionalismo mientras se financia a quienes se ríen de los andaluces y de su Virgen del Rocío.

Y, próximamente, en dividir España con un referéndum ilegal, vestido de consulta democrática. A eso vamos. Porque cuando le digan que la alternativa es PSOE o los de la foto de Colón, sepa que no es verdad, que la alternativa volverá a ser entre los indepes, Oteguis y Txapotes o PP y Vox. Porque si Sánchez es el que manda, es con el permiso de aquellos, mientras no les moleste. Así que, si quieres que los Junqueras y sus primos de Bildu sigan mandando en España, ahora vas y votas a Sánchez. Por mi parte, que le vote Txapote y que el C1 se lo saque su madre.

Lo último en Opinión

Últimas noticias