«Quita el derecho y el Estado será una banda de malhechores»

España amnistía

Ya tenemos fecha, fijada a la carta por la tercera autoridad del Estado, designada por Puigdemont a través de su mandado Sánchez, para consumar la ignominia pactada contra España y los españoles. Con lo que no contaba Sáncheztein es que su Frankenstein 2.0 no le va a salir gratis. El PSOE se fundó un 2 de mayo en Madrid, pero hay otro 2 de mayo anterior al de su nacimiento en el mismo siglo XIX, que deberían tener presente como el día en que el Alcalde de Móstoles arrastró a todo el pueblo español a levantarse contra el invasor francés.

Con Francina Armengol, veremos un debate plurinacional y paralingüístico, para investir a quien les va a amnistiar de todos sus delitos a cambio de sus 7 votos, y puedan seguir trabajando impunemente para destruir a España. Mientras eso se produce, es aclamado por sus palmeros, papel que en aquellos tiempos del siglo XIX, todavía les correspondía ejercer a los cortesanos y bufones.

Una prueba contundente de la gravedad de lo que se pretende consumar, una quiebra de la separación de poderes con el atentado sin precedentes que se prepara contra la independencia del poder judicial, es contemplar que se hayan movilizado todas las asociaciones de Jueces y Fiscales, desde la mayoritaria APM hasta Jueces por la democracia pasando por la Francisco de Vitoria, es decir toda la Magistratura, y de forma análoga la Fiscalía, que incluso ha pedido el cese del Fiscal General del Estado por su cómplice silencio ante tamaño atentado contra la Constitución. «¿De quién depende la fiscalía? Pues eso».

En una respuesta sin precedentes, se han manifestado el CGPJ, Decanatos judiciales, Colegios de Abogados de toda España, Letrados de la Administración de Justicia, Cuerpos del Estado como Inspectores de Hacienda, de Trabajo y Seguridad Social, etc. Ante tal movilización transversal de la ciudadanía llama poderosamente la atención el silencio (de los corderos) de CCOO y UGT, tan reivindicativos, solidarios y sociales ellos, prestos a manifestarse por cualquier causa o pretexto… Siempre que sea procedente de las derechas y conveniente a sus intereses.

Al parecer, la ruptura de la Caja Única de la Tesorería de la Seguridad Social en favor del Gobierno vasco, debe ser una medida muy progresista. Bien apesebrados en los presupuestos del Estado son una prueba más del nivel de degradación al que el sanchismo ha llevado a las instituciones. Con Pumpido en el Tribunal Constitucional, Armengol en el Congreso, el Cerdan de Dolores Delgado en la FGE, con Unai Sordo y Pepe Álvarez en las Centrales Sindicales, creían tener todo atado y bien atado para el sanchismo.

Pero no contaban con el pueblo español, que al igual que contra la ETA, ha salido a la calle a decirle a Sánchez que «hasta aquí hemos llegado». La calle ya no es de la izquierda: ni la sindical ni la política. El pueblo español, con un gran componente de jóvenes, ha salido masivamente a la calle con la bandera nacional, a defender la democracia, la Constitución y España, «que sólo puede ser gobernada si se reconoce su diversidad territorial» dice Sánchezstein.

Al parecer, sus predecesores debían gobernar un sucedáneo de España. Tenía que llegar él para que hubiera un auténtico Gobierno y sobre todo muy «progresista y convivencial» para conseguir un adecuado reconocimiento de la diversidad de España. Y sobre todo que necesitara de los 7 votos del prófugo de Waterloo para dar el reconocimiento adecuado a tal diversidad nacional.

Actual y luminosa la intervención ante el Bundestag (Parlamento Federal Alemán) por parte de Benedicto XVI. Citando a San Agustín afirmó: «Quita el Derecho y entonces, ¿qué distingue el Estado de una gran banda de malhechores ?». «Nosotros los alemanes hemos experimentado cómo el poder se separó del derecho, se enfrentó a él y lo pisoteó. El Estado se convirtió en el instrumento para destruirlo y se convirtió en una cuadrilla de bandidos muy bien organizada (…). Servir al derecho y combatir el dominio de la injusticia es y sigue siendo el deber fundamental del político», dice. Los españoles se han levantado para impedirlo aquí.

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