¿Quién va a comprar ahora la deuda de Sánchez?

En un post de la semana pasada alertaba el columnista acerca de una noticia de gran alcance para le economía española: el Banco Central Europeo (BCE) dejará de comprar deuda a los estados soberanos que forman parte del euro.
Pues bien, Luis de Guindos, número dos del BCE, ha vuelto a advertir de que se acaba en dos meses la barra libre en la que tanto se ha emborrachado Pedro Sánchez. Nada sería igual a partir de ahora si el licor se raciona.

Tal es así, que el Tesoro español ha emprendido un rally destinado a captar los recursos que el Estado necesita para abrir las persianas todos los días –pensiones, funcionarios, sanidad, educación, gasto corriente, coches oficiales, viviendas de altos cargos, bla, bla, bla- y cree el Gobierno que los inversores privados acudirán raudos y veloces a comprar ese papel desbordante.

Sucede que el nivel de endeudamiento del Estado es de tal magnitud que es prácticamente imposible que un inversor con dos dedos de frente compre deuda española con los dígitos de endeudamiento, crecimiento y déficit que ahora mismo soporta el Reino de España. Significa todo esto que Sánchez tiene año y medio por delante muy complicado. Su fuerte ha sido el GASTO por cuenta corriente, no inversión. Ha repartido dinero que no era suyo por doquier porque su deuda y su déficit eran enjuagadas por el BCE. Llegan las vacas flacas y el inversor querrá ver, es un decir, si tan orondo en gasto es ahora tan diligente en el ahorro, que antes se llamaban “recortes”.

Le parecen bagatelas sin importancia –eso le dijo a Susana Grisso- tener el equipo de gobierno más cara de toda la Unión Europea y un gasto por cuenta corriente que no resiste una mirada caritativa. El sostenimiento del Estado es cada vez más caro y con los tipos de interés al alza el panorama es cada vez más sombrío, exactamente lo que perciben millones y millones de ciudadanos contribuyentes cuyos bolsillos están en expolio.

Ahí queremos ver cómo baila el tipo que creyó presidir un país rico y él mismo se considera un sultán acaudalado del Golfo Pérsico.