¿Quién conspira contra Sánchez?

Pedro Sánchez

Si hubiera una tabulación de disparates que contraponer a lo largo de los mandatos de todos los ex jefes de Gobierno en España, sin duda, a Pedro Sánchez habría que colgarle la medalla de oro. A él, que tanto gusta de adornarse con medallas.

Supera de largo, incluso, a Rodríguez Zapatero, ¡que ya es decir! Además de su percepción por lo ocurrido en la valla de Melilla, unas horas antes les había dicho a sus conmilitones (PSOE) que sufría una conspiración de los “poderes poderosos». Pablo Iglesias abandonó la vicepresidencia para convertirse en asesor aúlico de Sánchez en tiempos aciagos.

Sí, hay una conspiración antisanchista. Veamos.

-Pedro sufre una conspiración ideada por Sánchez cuando su Gobierno abandona a los españoles, especialmente a los más desfavorecidos, y se dedica a bagatelas.

-Sufre la autoconspiración de la mentira y las mentiras, repetidas mil veces por él mismo y sus corifeos, en aras a su mayor honra y gloria.

-Sufre la autoconspiración de aquellos a los que no iba a dejar atrás y resulta que ahora mismo lampan sin esperanza alguna.

-Sufre la autoconspiración de sus arrebatos antidemocráticos en el permanente asalto a las instituciones del Estado que identifica a estas alturas con él mismo.

-Sufre la autoconspiración de sus políticas que han dejado a los autónomos mirando a la luna de Valencia.

-Sufre la autoconspiración de agricultores y ganaderos a los que ha dejado al pairo de unas circunstancias insostenibles.

-Sufre la autoconspiración de su nula sensibilidad y sus mentiras acerca de los pequeños y medianos empresarios.

-Sufre la autoconspiración de las víctimas del terror tras aliarse por el día y encamarse por la noche con los herederos de los verdugos.

-Sufre la autoconspiración de los profesionales de impartir justicia cuando pretende indicarle los fallos en sus sentencias.

-Sufre la autoconspiración de los indignados al mirar hacia otro lado cuando la corrupción entre sus filas eyacula pus.

-Sufre la autoconspiración de más indignados cuando se conduce como si fuera el primer ministro del país más rico del mundo con sus modos bokassianos cuando en realidad España bracea en la más completa ruina.

-Sufre la autoconspiración de los contribuyentes cuando arroja un telón de acero para que no se conozcan los negocios de sus familiares directos en actitudes sospechosas de aprovechamiento del poder.

Y podríamos continuar hasta el infinito. Sánchez, el gran conspirador.

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