¿Por qué la victoria de Ayuso es tan importante fuera de España?

¿Por qué la victoria de Ayuso es tan importante fuera de España?

Hubo un tiempo en que el comunismo, bautizado por los chavistas como socialismo del siglo XXI, agrupado en torno al Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla en Hispanoamérica creyeron que las victorias de partidos de extrema izquierda como Syriza en Grecia o Podemos en España eran las puertas de entrada de sus ínfulas marxistas al viejo continente y, sobre todo, en el sur de Europa.

Hubo un tiempo en que el partido de Alexis Tsipras, el Pablo Iglesias griego, fue el más votado en las elecciones europeas de su país en 2014, para conquistar el poder legislativo en 2015. Pero todo terminó en 2019. Allí llegó Kyriakos Mitsotakis, el actual líder de Nueva y Democracia y desde 2019 primer ministro griego. La fórmula empleada por Mitsotakis fue muy similar a la seguida por Isabel Díaz Ayuso para lograr una mayoría aplastante en Madrid: movilizar a los tuyos y  atraer a los votantes de su derecha y de su izquierda. ¿Cómo? Mandando a la izquierda a su extremo y asumiendo cuestiones básicas del votante más a la derecha.

Si Mitsotakis tuvo el gran mérito de enterrar políticamente a Tsipras, lo mismo ha hecho ahora la presidenta madrileña con Pablo Iglesias. Si Tsipras estuvo al frente de su Gobierno cuatro años, Pablo Iglesias ha ejercido de chambelán del ‘sanchismo’ durante menos de año y medio. Podemos seguirá a partir de ahora el mismo camino que Ciudadanos y sino, al tiempo. No cuenta con representación en algunas regiones y en las recién celebradas elecciones madrileñas no ha sido capaz de sumar los escaños suficientes para convertirse en la principal fuerza de la oposición. De ahí a la irrelevancia media un corto trecho.

Por eso la ‘progresía’ internacional ha acogido con la cara desencajada la victoria de Isabel Díaz Ayuso, como también lo hizo con el gran logro de Guillermo Lasso en las elecciones de Ecuador de hace un mes. Uno de los objetivos del Grupo de Puebla para 2021 era extender el socialismo del siglo XXI por todos los países vecinos. No lo han conseguido en Ecuador, pero lo van a intentar en Nicaragua, en Chile y en Perú. Chile y Colombia son dos países que han sido azotados o siguen siendo castigados -como ocurre en suelo colombiano- por turbas de radicales de extrema izquierda que quieren desestabilizar los respectivos Gobiernos, sean el de Sebastián Piñera o el de Iván Duque.

La derrota en la Comunidad de Madrid y la salida de la política de Pablo Iglesias supone un gran revés para los objetivos de este grupo hispanoamericano de extremistas que tratan de imponer sus ideas apolilladas allí donde meten sus narices. Zapatero ya dijo a principios de año que EEUU y la UE eran las dos grandes regiones donde había que emplearse a fondo para ganar el corazón y mente de europeos y estadounidenses, así como modificar las políticas de sanciones hacia la narcodicatura venezolana. Si en un principio contó con el apoyo simbólico de Josep Borrell, encargado de la diplomacia europea, enseguida Alemania y Francia detuvieron la deriva de Borrell.

Queda por ver lo que ocurrirá en lo que queda de año en varios de los países hermanos con citas electorales en el calendario. Pero la lectura de la victoria de Lasso en abril y ahora de Ayuso en España es que, si la extrema izquierda había encontrado acomodo con las consecuencias de la crisis económica de 2008, la nefasta gestión que la misma ideología ha llevado a cabo con la pandemia, ha propiciado nuevamente un momento dulce para las fuerzas de la derecha en Europa, como en 1990 tras la caída del muro.

Twitter: @jorgemestre

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