¿De qué no es capaz Pedro Sánchez, el Felón?

¿De qué no es capaz Pedro Sánchez, el Felón?

Fernando VII es considerado el peor Rey de la historia de España, lo que le valió los apelativos de Fernando Vil y el Rey Felón. Fue un gobernante hedonista, falso, sin palabra, incapaz, populista, vengativo y traidor a su patria, características todas que tan bien definen a nuestro presidente en funciones Pedro Sánchez, de quien ya nos preguntamos hasta dónde va a ser capaz de llegar para conseguir ser investido, cuál será el próximo compromiso que incumplirá, qué institución será la próxima que arrastrará, quién el siguiente al que traicionará, con qué mentira nos engañará, cuánto mal será capaz de infligir a España. Antes de llegar al punto de descaro en el que ahora mismo se encuentra, en el que parece que ya se ha liado la manta a la cabeza y lo mismo le dan ocho que ochenta, ya había dado sobradas muestras de su felonía.

Su carácter ambicioso y vengativo quedó al descubierto con su reacción tras ser defenestrado del PSOE por intentar pactar con podemitas y secesionistas en 2016; tras ganar las primarias reformó los estatutos del partido para quitarle poder al Comité Federal y dejó sin cargo a todos los que se le habían enfrentado. Su falta de dignidad y apego a la verdad quedó patente por la desvergüenza con la que reaccionó cuando conocimos el fraude de su tesis doctoral; incluso una vez demostrado científicamente que una gran parte era plagiada y hasta puesta en duda su autoría, se negó a dimitir insistiendo en sus mentiras. Y su hedonismo y fatuidad quedó fuera de toda duda con sus continuos desplantes al Rey Felipe VI y cuando se fue de marcha a Benicasim en el Falcon oficial con su mujer, porque él se lo merece y a ver quién le dice que no.

Pero lo que estamos viviendo estos días nos hace incluso dudar de que pueda tener ningún límite. Sánchez no sólo ha incumplido su promesa electoral de no negociar con podemitas, independentistas y bilduetarras, sino que acaba de cargarse para siempre la institución de la Abogacía del Estado haciendo que el hasta ahora prestigioso cuerpo funcionarial caiga tan bajo como Zapatero hizo arrastrarse al Tribunal Constitucional, consiguiendo que anulara la sentencia del Supremo que ilegalizaba a Bildu, como parte de su negociación con ETA. Con todo el descaro, sin intentar siquiera disimular, Sánchez ha logrado que firmen un informe en el que los Abogados del Estado contradicen sus tesis anteriores y que los expertos en derecho consideran una aberración, se lo ha filtrado a Junqueras antes de que lo conociera el Tribunal Supremo y cuando el de ERC le ha dado el visto bueno, lo han hecho público. Como la mujer de César que además de serlo debe parecerlo, la justicia española difícilmente se recuperará de esta ignominia.

Y como guinda del pastel tenemos un vídeo en el que cuatro agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional fueron sorprendidos armados y encapuchados tratando de acceder a la residencia de la embajadora de México en Bolivia en la que se encuentran asilados una decena de ex cargos del Gobierno de Evo Morales, entre ellos, ex ministros procesados por acusaciones de terrorismo. La excusa de su presencia en dicho lugar era una visita oficial que se estaba produciendo de madrugada por parte de la Encargada de Negocios española y nuestro cónsul. Si ya resulta sospechoso el horario intempestivo del desplazamiento no lo es menos que los pasaportes de los cuatro policías fueron expedidos apenas cuatro días antes. Y mientras nuestro Gobierno crea una comisión que investigue lo sucedido, que es como en lenguaje administrativo se dice “no hacer nada”, el Gobierno de Bolivia acusa a Sánchez de tratar de facilitar la evasión de unos colaboradores de Evo Morales que podrían dar información sobre el dinero «criminal” recibido por el partido morado. Sánchez no tiene freno ni límite, no existe ninguna infamia de la que no sea capaz con tal de ser investido como el Presidente Felón.

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