Puigdemont intenta apagar el fuego con la gasolina de Torra
La única propuesta de Carles Puigdemont para Cataluña es el conflicto. El expresident huido de la justicia pretende apagar el fuego con más gasolina. La elección de un ultra como Quim Torra para ser investido regidor autonómico es la prueba de que no quiere una solución para los catalanes, sino que el choque con España se dilate para hacer el mayor daño posible a sus instituciones públicas y privadas y, de esa manera, tratar de volver sin cumplir con las cuentas pendientes que tiene con el juez Pablo Llarena en el Tribunal Supremo. Puro chantaje de un delincuente que no atiende ni entiende de legalidad alguna. Torra posee un currículo digno de un ferviente extremista del separatismo. Justo lo contrario de lo que necesita una región con 4.550 empresas fugadas debido a la inseguridad jurídica que carcome el contexto político, social y económico desde que los secesionistas consumaran el golpe de Estado.
Lejos de buscar una solución que acabe con el bloqueo, de pensar, en definitiva, en los ciudadanos, Puigdemont desde fuera de nuestras fronteras y sus acólitos dentro de las mismas han preparado una estrategia que incide en el caos y en el viaje a ninguna parte al que pretenden condenar a la comunidad autónoma. La aparición de Torra así lo corrobora. El diputado de JxCAT y ex presidente de Òmnium Cultural, que será investido el próximo martes con casi toda seguridad, tiene un currículo inquietante. En 2012 dejó algunos comentarios en redes sociales que denotan una inadmisible xenofobia antiespañola: “Los catalanes votamos y los españoles vienen a vigilarnos. ¡Fuera de aquí de una vez!”. Además también añadió que “el fascismo de los españoles que viven en Cataluña es patético, repulsivo y burdo”.
Este tipo de reflexiones resulta intolerable en cualquier persona que quiera participar de la vida institucional en una democracia. Además, ha de recordar que debe su sueldo a los impuestos que pagan todos los españoles. ¿Qué credibilidad y respeto puede desprender alguien así ante inversores internacionales que quieran asentar sus empresas en la región? Un nuevo candidato para un ejecutivo regional títere. Otra excusa más con nombre y apellidos para seguir desgastando al Estado tras las propuestas imposibles del propio Puigdemont, Jordi Sánchez y Jordi Turull. Gasolina, en definitiva, sobre el fuego al que Puigdemont ha condenado a Cataluña. Queda 155 para largo. Conseguir la normalidad democrática es imposible con políticos así.