PSIB-PSOE o como convertir la mentira en un arte

PSIB-PSOE o como convertir la mentira en un arte
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Sólo existen dos explicaciones plausibles: o viven en un mundo alternativo o bien han perfeccionado la falta de vergüenza hasta convertirla en un verdadero arte. Escuchar lo que se ha llegado a decir hoy en el Congreso del PSIB Balear y no escandalizarse supone un verdadero ejercicio de autocontrol. Es imposible mentir tanto en tan poco tiempo. Su desfachatez supera incluso a la del propio Pedro Sánchez.

Es alucinante escuchar a la consellera de Presidència Mercedes Garrido sacar pecho por «participar en el proyecto abolicionista de la prostitución que está poniendo en marcha el Partido Socialista», según sus propias palabras. Eso lo dice una de las responsables del mismo gobierno que mantiene a menores tuteladas prostituidas, a algunas de las cuales han obligado a abortar, que se niegan a abrir un investigación al respecto y que están haciendo lo imposible para evitar que Bruselas envíe aquí a una comisión. ¿De verdad alguien puede tener la desfachatez de mentir públicamente de ese modo? Lo de Mercedes Garrido es un insulto a la inteligencia.

Aunque, claro, luego llega la presidenta Armengol y lo supera todo. «No els deixarem passar» «No los dejaramos pasar», se ha atrevido a decirle a la oposición. La frase no sólo es lapidaria, sino que es digna del fascismo más radical. Serán las urnas, señora Armengol, las que decidan el futuro de esta Comunidad y el futuro de España, y ante ellas, ante la libertad de los españoles, ante esa libertad que el socialismo cercena día sí día también, tendrán usted que agachar la cabeza. ¿O es que piensan utilizar algún mecanismo que impida al ciudadano expresarse libremente? Porque el «no los dejaremos pasar» parece que indica precisamente esa intención.

Eso sí, de todo lo que se ha oído hoy en el Congreso del PSIB-PSOE hay algo que es estrictamente cierto, la frase que ha pronunciado la propia Armengol: «somos más que un partido, somos una gran familia». En efecto así es. Una familia de enchufados, de chiringuitos y de una red clientelar que le supone al contribuyente balear un desmesurado gasto en políticos y asesores. Sí que son una familia, pero más una familia al estilo siciliano que otra cosa, señora Armengol.

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