De ‘profilaxis democrática’, nada, Grande-Marlaska
Tendrá que explicar el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, cómo es posible que su departamento contratara hasta en 13 ocasiones con la trama corrupta del caso Cuarteles, pese a que su Secretaría de Estado de Seguridad estaba al corriente de que el constructor Ángel Ramón Tejera, alias Mon, uno de los empresarios implicados en la trama del Tito Berni, estaba imputado. Y es que Marlaska no puede, bajo ningún concepto, alegar desconocimiento, toda vez que el Servicio de Asuntos Internos (SAI) de la Guardia Civil ya investigaba desde 2017 la presunta trama corrupta dentro del Instituto Armado y el Ministerio del Interior recibió una denuncia anónima en abril de 2018 relatando cómo el constructor se beneficiaba de adjudicaciones de obras de la Guardia Civil. Trabajos que se facturaban y no se ejecutaban o se realizaban defectuosamente.
Es decir, que cuando Marlaska llegó al ministerio en junio de 2018, la Benemérita seguía ya la pista de Tejera y en febrero de 2019 se judicializó la causa con los primeros mandos del Cuerpo figurando como investigados junto al constructor. Aún así -y eso es lo que tendrá que explicar Marlaska- Interior continuó adjudicando obras a Tejera -18 contratos entre noviembre de 2018 y septiembre de 2022-. Durante esta última etapa todas las obras se concentraron en la provincia de Tenerife. El montante de los contratos asciende a 370.000 euros por unas obras que, en muchos casos, quedaron sin terminar o con defectos evidentes. Dado que todas las adjudicaciones conseguidas por las empresas de Ángel Ramón Tejera fueron inferiores a 50.000 euros, y la mayoría por menos de 10.000, resulta obvio que el proceso de adjudicación no siguió el procedimiento de licitación por concurso público, algo que acrecienta las sospechas.
¿Por qué Marlaska adjudicó obras a un empresario investigado por la Guardia Civil pese a que estaba imputado? ¿Por qué el empeño del ministro en seguir otorgando adjudicaciones a Ángel Ramón Tejera? ¿Tendrá la osadía el ministro de justificarse con el clásico «nadie me informó» del asunto? ¿Es esta la profilaxis democrática de la que presume?