El presidente ‘fake’ habla de sus logros 

Jimmy Giménez-Arnau

La libertad de los españoles es demasiado importante para dejarla en manos de una tiránica coalición (social-comunista) que deslegitima, cuando se le antoja, los derechos personales de los individuos libres garantizados en la Constitución. Son los males del régimen político que soportamos, en el que el poder es ejercido de manera autoritaria por un inepto fuera de sus cabales, cuyo único fin es apropiarse del estado, a no ser que lo saquen de Moncloa las elecciones. Su osadía, en otras latitudes, se conoce por totalitarismo. Nuestra sociedad se tambalea entre dos extremos, la perversión despótica de un impostor sin escrúpulos y la perversión anárquica, que imponen y exigen sus zafios socios separatistas, que odian España y que se mofan de la ley y los jueces.

El presidentefake, aprovechó el fin de año para seguir mintiendo e hizo balance de sus logros, pues así define a sus fracasos. Según él, España está mejor y la economía crece de forma imparable debido a que mantiene un sólido pacto con los derrochadores podemitas, que, siguiendo el ejemplo del tahur, confunden recuperación económica con inflar el gasto hasta cotas delirantes. Que le pregunten a la gente ¿cuándo vivía mejor, si antes de que llegara a Moncloa el farsante, o en enero de 2022? Toda clase de egomanías y caprichos obsesivos, generan ruina. Basta ver el deterioro de sus ideas y contemplar el gris panorama que nos ofrece. Las malas compañías que reclutó para subsistir, ya cobrados los botines, lo dejarán tirado en alta mar. Así es la ley de la piratería.

He aquí los tristes logros de los que alardea este presidente fake: haber derrotado al virus, cuando aún padecemos la sexta ola; jurar que la economía se recupera, cuando alcanza sus peores cifras; referirse a Venezuela como una democracia en apuros, cuando es una feroz dictadura; permitir a los golpistas indultados imponer su jerga en las escuelas, en detrimento del castellano, cuando deberían seguir en presidio; autorizar las celebraciones etarras, que humillan a las víctimas del terror, cuando en cualquier país civilizado estarían cumpliendo sus condenas. Valgan algunos de los funestos logros del maniquí, que hablan de su nula sensibilidad al frente del Gobierno.

Sus nefastos por inútiles ministros/as comunistas, Ione Belarra, Irene Montero, Yolanda Díaz y Alberto Garzón, apenas le han servido al presidentefake para desprestigiar a España, tarea en la que el pelele monclovita ha demostrado ser un crack. Ojalá que muy pronto, todos ellos, desaparezcan del mapa político de nuestras vidas.

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