Una posible recesión

El proteccionismo es un peligro para el crecimiento económico, el empleo y la prosperidad de todos los ciudadanos, pues impide el progreso y, con ello, la generación de actividad, puestos de trabajo y riqueza.
Pues bien, junto a lo equivocado de las medidas proteccionistas, nos encontramos con otro problema para la economía, que es la falta de concreción en la aplicación de dichas medidas, que aumenta, todavía más, el efecto negativo de dicho proteccionismo, ya que hoy parece que se aplica un 25% de aranceles a todos los bienes y servicios de México y Canadá, pero mañana se aplaza un mes; pasado se dice que al pasar dicho mes entrarán en vigor; al siguiente día se excluyen los productos del tratado de libre comercio que Trump firmó por EEUU con los otros dos países norteamericanos en su anterior mandato, y así sucesivamente.
De la misma manera, actúa con los anuncios arancelarios sobre determinados bienes o sectores o sobre otros países, como China o la UE, al establecer una absurda fórmula de cálculo para calcular el arancel a imponer y a las dos semanas, en plena caída bursátil y con una masiva venta de bonos públicos de Estados Unidos, se da marcha atrás, pero sin terminar de concretar nada, o entrando en una carrera con China elevando los aranceles mutuos. Todo ello, será, a buen seguro, modificado por un posterior anuncio.
Eso la economía lo nota, y junto al empobrecimiento que sufrirá EEUU vía incremento de precios, la actividad económica general de dicho país se puede resentir, debido a la necesidad de aplicar una política monetaria más dura, al tiempo que las expectativas empeoran y pueden retraer la actividad, junto a la pérdida de poder adquisitivo.
Todo ello, puede hacer entrar a Estados Unidos en recesión; quizás la sortee, o quizás sea sólo un hecho del corto plazo, pero para ver resultados en el medio y largo plazo hay que tener una política clara, incluso si es equivocada, como la arancelaria, pero clara, porque, si no, a la equivocación de la guerra comercial abierta por Trump le seguirá una caída de actividad económica derivada de la incertidumbre e inseguridad, que son dos de los peores impactos que puede tener una economía.
Así, el Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria ha estimado el impacto que puede tener la guerra comercial en el crecimiento económico. Aunque no es fácil estimar el impacto debido a que dependerá de las respuestas de todos los países afectados, de las potenciales negociaciones y de las relaciones indirectas de la economía, el comercio internacional puede verse mermado entre 4 décimas y 6 décimas; el de la UE de una manera similar, ligeramente más intenso; y el de España algo más bajo, por la menor relación comercial con Estados Unidos, entre 1,3 décimas y 3 décimas, todo ello según sea la intensidad de respuesta y la escalada en la guerra arancelaria, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo, además en un entorno de desaceleración económica en la UE y quizás en Estados Unidos, pese a la fortaleza que ha mostrado su economía hasta ahora, tal y como ya están recogiendo los mercados de valores, de manera que ya muchos agentes económicos conceden unas mayores probabilidades a un escenario de recesión. Dichos cálculos se basan en estas primeras consecuencias. Si la volatilidad sigue apoderándose de los mercados y la incertidumbre del conjunto de la economía, entonces el impacto puede ser mucho mayor, ahora mismo de consecuencias difícilmente cuantificables.
Trump era positivo desde el punto de vista de la finalización del wokismo, así como por la parte de su política económica que apostaba por la bajada de impuestos y reducción del gasto, pero ha decidido empezar por la parte mala de su política económica, la arancelaria, además, envuelta en una improvisación que aterra a la economía. Estados Unidos debe rectificar y Trump debe olvidarse de la guerra arancelaria, rectificar y empezar con la agenda reformista con la que se presentó a las elecciones, que era lo sumamente positivo de su programa electoral, más allá de los aranceles, que siempre fue un error.
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