Poder para destruir la dignidad de la persona y de la democracia
Hemos llegado a un punto en el que la corrupción del Gobierno y de su presidente, así como la de su familia, y del neo partido abducido ex socialista que lo soporta y también dirigido por el mismo, ha superado cualquier antecedente e incluso el más escandaloso de cualquier nación que pudiéramos imaginar, incluyendo las no democráticas.
Pero que además, de ello lo que a ojos de cualquier parvulario está muy mal hecho y merece un castigo, para el presidente del Gobierno sea muy bueno, o bien merezca la acusación de bulo producido por el extremaderechismo, cualquier barbaridad hecha por él, es simplemente de lunáticos que han perdido la cabeza.
Si además de lo anterior el presidente del Gobierno denuncia a la oposición de ser antidemocrática o de incumplir la Constitución o de ser unos corruptos, o decir que tiene que dimitir a la presidenta de Madrid, y de que ella tenga un novio, que antes de conocerse tiene diferencias con hacienda, como miles de españoles, ni vive en el palacio presidencial, pero le llama «delincuente confeso»: no tiene nombre. Cuando encima es él quien ejerce abiertamente la antidemocracia, ataca la Constitución delictivamente a diario, practica la corrupción con absoluta impunidad, y es quien debe dimitir por cien hechos constatados a diario y que harían temblar al más pintado, y por ser su esposa la que aprovecha el cargo del marido en la residencia oficial para hacer negocios, y cuatro veces imputada, ella si, y además logrando ser primeras portadas de corrupción en el mundo entero.
Es el mundo al revés: quien ataca a diario y fehacientemente las instituciones, a los jueces, a la Constitución y a la democracia, se permite decir que esos ataques son de la oposición. Quiere hacernos ver que estamos abducidlos y somos malvados, quien es un manipulador goebbelestaliniano.
El diagnóstico del personaje es grave. Es de todo punto inaudito que esta semana el mismo presidente del Gobierno ataque a los jueces y la independencia judicial y con ello además se crezcan sus socios golpistas y señalen a los jueces en el parlamento. Parece que estuviéramos viendo un espejismo del peor tenor. Es de una gravedad jamás conocida. Un presidente de Gobierno y sus socios haciendo desaparecer el Poder Judicial insultado y vejado, y preparando además a la opinión pública, para hacer ver que sus procesos y sentencias son políticas.
Todo ello, dicho por quien está retratado por los medios de comunicación mundial como auspiciador de corrupción inadmisible y también por The Economist «como que se aferra al poder a costa de la democracia, dañando la calidad de nuestra democracia, afectando negativamente a la estabilidad y proyección de España en Europa» y haciendo la publicación un repaso pormenorizado de todos los escándalos.
Para rematar la semana, cinco terroristas son pasados al tercer grado sin arrepentirse, – hecho nuevamente inadmisible – atacando por enésima vez la dignidad de las víctimas del terrorismo. El presidente del Gobierno no acude al funeral por los fallecidos de la tragedia que estamos viviendo en Valencia y, sin embargo, acude con once ministros a anunciar un centenar de actos por los 50 años de la muerte de Franco en colegios, museos y calles, permitiéndose decir que existe un riesgo de involución real, y diciendo que discursos de reivindicación de la dictadura profanan el templo de la democracia. Esto lo dice quien traiciona la Constitución a diario, destruye la división de poderes, atacando el poder judicial y capturando el parlamento, además de haber secuestrado las instituciones.
Lo dice quien no dimite, como se hace en democracia, al no haber aplicado la ley de Protección Civil, y el nivel tres en la catástrofe de Valencia y haber podido evitar muchas muertes mandando a todo el ejército, a todos los bomberos y todos los medios del Estado, cosa que casi mes y medio después sigue sin hacer, siendo absolutamente necesario. Ayer mismo aparece en medio de la tragedia una persona muerta en Paiporta tras mes y medio. ¿Cabe mayor crimen y desprecio inhumano al no haber puesto conscientemente todos los medios desde el 29 de octubre, y seguir sin hacerlo?
Es una situación la que tiene España que jamás hubiéramos imaginado. Este cúmulo de descoordinación, de irresponsabilidades, de mentiras, de incumplimientos dolosos, de hechos criminales, de acciones y declaraciones crueles e inhumanas, repetidas y constantes, solo es posible ya poder entenderlas si el máximo responsable está absolutamente loco o bien es una persona absolutamente malvada. O… quizá, ambas cosas.