Pesadilla antes de Navidad en Granada

Pesadilla antes de Navidad en Granada
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La diferencia entre disponer de artilleros de verdad o no, se puso de manifiesto sobre el césped de los Nuevos Cármenes. Un veterano de 39 años mantuvo en jaque a dos centrales de 25 durante una hora y media, al contrario de lo que sucedía en la otra área cuyo primer remate, gol del empate provisional aparte, no llegó hasta el minuto 89. Como de costumbre mucho ruido, cantidad de sensaciones y pocas o ninguna nuez; ni su cáscara.

Con diferentes dibujos. ambos apostaron a lo mismo. 4-4-2 por parte de Robert Moreno y 4–2-3-1 en la réplica de Luis García Plaza con la idéntica intención de robar lo más arriba posible, dificultar la salida de balón del adversario y utilizar la velocidad en los contragolpes. Kubo era ideal para ello y Lee también, pero el coreano no tuvo su día, el primer gol se origina en una pérdida suya, y el japonés dio fuertes dolores de cabeza, de sus botas sale la acción del gol de Dani, pero no tantos mareos.

El empate, que momentáneamente equilibraba la necesidad local con las aspiraciones visitantes, solo imperó en el marcador. Al filo de la media hora Luis Suárez envió la pelota a las nubes con Reina por los suelos y Germán cabeceaba al travesaño para firmar el asedio a un enemigo sin otra idea que refugiarse en los escarceos de Kubo o alguna subida lateral de Maffeo y J.Costa porque ni Machis ni, sobre todo, Puertas hacían demasiado para tapar sus bandas. Tampoco Take tenía fuelle para tanto ir y venir hasta que las bandas adquirieron color blanco y rojo.

Tardía la reacción del banquillo, ya entrado el segundo tiempo, para darle a Antonio Sánchez la llave de cerrar. Jorge Molina abrió la suya solo un minuto después y el consiguiente cambio de cromos acompañado de la épica habitual ya no iba a funcionar con el nipón agotado, Salva Sevilla desconectado y Maffeo en el banco. Ya hemos dicho otras veces que mayor cantidad de pólvora no garantiza mejor puntería. Con bastante menos, el Granada hizo añicos la frágil tela de araña tejida desde tres cuartos de campo hacia atrás.

Se puede perder tanto por encajar mucho como por no convertir nada. Tanto monta, monta tanto.

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