¿Pero no era Franco lo que más preocupaba a los españoles?

¿Pero no era Franco lo que más preocupaba a los españoles?

Una pantomima de principio a fin. Nada más entrar en La Moncloa, para recuperar al votante más de izquierdas que se había distanciado del PSOE para irse con Unidas Podemos, Sánchez entró al galope en un tema tan comprometido como el Valle de los Caídos. Y sobre la marcha descubrió que España es una Democracia y un Estado de Derecho. Ni siquiera un Presidente del Gobierno puede abrir tumbas para desenterrar a los muertos, si esto no se hace conforme a la ley. Pero Sánchez, con su característico empeño, que no inteligencia, perseveró. No pareció importarle que todo el proceso quedase paralizado por el Tribunal Supremo. Su corta legislatura de 11 meses ha sido una permanente campaña electoral y este asunto quizás fue uno de sus temas estrella favoritos. Agitprop tan intensa como barata.

Y cuando finalmente ha llegado la campaña electoral de verdad… Nada de nada. En el Valle de los Caídos se le han juntado a Sánchez dos factores: el temor al fracaso de su Ejecutivo –hay serias posibilidades de que todo el proceso quede definitivamente anulado por el Tribunal Supremo– y el temor a movilizar electoralmente aún más a ciertos sectores nucleados en torno a Vox.

Esta conducta es la puntilla que faltaba para retratar definitivamente a Sánchez. Durante estos 11 meses hemos visto a un político donde todo interés general queda supeditado a su propia supervivencia en el poder, capaz del mayor tacticismo o de la mayor radicalidad en función de qué actitud le genera una cuota más alta de beneficio propio. Una persona así, sencillamente, no está capacitada para ser el Presidente de España. La improvisación que mostró, asegurando que iba a ser cuestión de «semanas» –luego de «meses»–; la frivolidad con la que trató un asunto muy sensible para muchos ciudadanos; el pertinaz voluntarismo cuando toda la estructura legal del Estado español le advertía que aquello no eran tan sencillo ni tan fácil; todas estas actitudes ofrecen el fiel reflejo de un personaje que también debería quedar vedado para la secretaría general del PSOE, si es que lo socialistas están interesados en que su partido, que tantos servicios ha prestado a España, sobreviva a Sánchez.

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