Otro motivo más para que los terroristas de Hamás vuelvan a aplaudir a Sánchez

Otro motivo más para que los terroristas de Hamás vuelvan a aplaudir a Sánchez

El Gobierno de Israel ha llamado a consultas a su embajadora en España, lo que significa la retirada temporal -por ahora- de su máxima responsable diplomática en Madrid, un salto cualitativo que coloca las relaciones entre ambas naciones a un solo paso de la ruptura. El empeño de Pedro Sánchez en cuestionar la legalidad del ataque militar israelí en la franja de Gaza ha provocado la contundente respuesta del Ejecutivo de Benjamin Netanyahu, que hace días ya había convocado a la embajadora de España en Tel Aviv para expresarle su rechazo a los comentarios del presidente del Gobierno.

La situación se complica como consecuencia de la irresponsable actitud de un Pedro Sánchez que ha roto intencionadamente el consenso de la UE -cuando España ostenta, lo que es más grave, la presidencia rotatoria de la Unión-, alejándose de la posición de otras naciones como Alemania, Francia o Italia. En su lugar, Sánchez se ha posicionado junto a naciones como Bolivia -que ha roto relaciones con Israel- o Colombia y Chile, que están al borde de la ruptura y que también han recibido, como España, la felicitación de los terroristas de Hamás. Obsérvese que todas ellas tienen gobiernos de izquierda populista, lo que habla bien a las claras de qué países están en la órbita del Gobierno español.

Resulta una manifiesta insensatez la perseverancia de Sánchez en dibujar a Israel como una nación que incumple el derecho internacional, si bien no es de extrañar en un Gobierno donde hay ministros que se negaron a condenar los asesinatos de los terroristas palestinos. Es una insensatez porque nos aleja de la posición coincidente de la mayoría de las democracias occidentales, que fueron mucho más cercanas con Israel tras sufrir el ataque terrorista, y porque la decisión de Sánchez de anunciar, ahora, su intención de reconocer el Estado palestino demuestra una incoherencia supina. Si Gaza y el Sáhara son territorios ocupados, según la ONU, que explique Sánchez por qué se puede reconocer a Palestina y no hacer lo propio con el Sáhara. Sin embargo, sobre el Sáhara Sánchez se posiciona del lado de Marruecos rompiendo de forma unilateral la tradicional posición de España. Un supremo ejercicio de incoherencia diplomática que amenaza con sacar a España del tablero internacional. Vamos directos hacia la irrelevancia.

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