Otegi se ofrece a Sánchez para lograr el apoyo de Puigdemont al ‘frankenstein XXL’
Bildu no tardó ni cinco minutos en ofrecerse al PSOE de Pedro Sánchez y los herederos políticos de ETA están convencidos de que Junts, el partido del prófugo de Waterloo, Carles Puigdemont, terminará pasando por el aro y apoyará la investidura del candidato del PSOE y presidente en funciones. Según la diputada proetarra Mertxe Aizpurua, «lo que espero, por el bien de todos, es que las cosas se hagan con responsabilidad y con discreción, en silencio y como es debido». Lo malo es que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, piensa exactamente lo mismo, porque -y esa es la gran tragedia nacional- Pedro Sánchez entiende que gobernar con etarras y golpistas no tiene nada de malo. Es más, que Bildu y Junts forman parte de la «España democrática».
A partir de ahí, lo que pueda pasar dependerá de si a Carles Puigdemont le interesa seguir tensando la cuerda o se presta a la estrategia de acercarse a Sánchez a cambio de exigirle romper las costuras del marco constitucional. Que nadie dude de que si el presidente puede sortear la legalidad lo hará con tal de seguir instalado en la Moncloa. Por el momento, el PSOE pretende abordar sin ninguna prisa las negociaciones, sabedor de que Feijóo no tiene posibilidad alguna de alcanzar ningún pacto de gobierno. Sabe que la única pieza que le falta es la de Junts y va a tomarse todo el tiempo del mundo para ganarse el favor del golpista prófugo, utilizando para ello la buena sintonía que tienen los proetarras de Bildu con la formación separatista catalana. PSOE y Bildu han pactado una política de discreción encaminada a doblegar la aparente resistencia de Puigdemont. Dejarán que Feijóo se estrelle contra la aritmética parlamentaria y, llegado el momento, venderán como un triunfo que el fugitivo que se alzó contra el orden constitucional decida sumarse al frankenstein XXL que se nos viene encima