De Óscar Puente a Daniel Viondi: los mamporreros del sanchismo
Daniel Viondi, el concejal socialista que se ha hecho tristemente célebre por darle tres chulescas palmaditas en el rostro al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante la celebración de un pleno, encarna a la perfección con el perfil chulesco y macarra que demanda el sanchismo a la hora de hacer política. No es de extrañar que el presidente del Gobierno en funciones eligiera entre todos los diputados socialistas al más fanatizado de todos para contestar a Feijóo en el debate de investidura. Óscar Puente, como Daniel Viondi, no son otra cosa que el retrato del nuevo PSOE que pretende su secretario general y presidente en funciones del Gobierno. Por eso, Sánchez eligió a Puente para sustituirle en el debate de investidura: porque el ex alcalde de Valladolid cumple a la perfección con los requisitos que el líder socialista exige a sus diputados y concejales. Y es que la mesura, la educación o, simplemente, el cuidado de las formas es algo que para Pedro Sánchez no constituyen ningún valor en política. Quiere otra cosa: gente propensa a la bronca que haga el papel de polis malos y embarren la política y le hagan el trabajo sucio para que luego él pueda presentarse como la encarnación misma de una falsa templanza.
Daniel Viondi, amigo personal de Sánchez, es un chulo de manual, un macarra de libro. Está en el Ayuntamiento por Sánchez y ejerce la política como le gusta al jefe. Sus palmaditas al rostro del alcalde de Madrid, acompañadas de amenazas, constituyen la expresión más chusca y degradante de la política. Aunque haya sido obligado a renunciar al cargo, con buen criterio, por Juan Lobato, secretario general de los socialistas. madrileños, Viondi no es un un caso aislado en el nuevo PSOE de Pedro Sánchez. Al fin y al cabo, Viondi es en el Ayuntamiento de Madrid lo que Óscar Puente es en el Congreso de los Diputados. Palmaditas aparte.
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