De nuevo, ‘Sálvame’

Sálvame

Hace poco leí en la biografía de Alejo Stivel, ex cantante y compositor de la banda Tequila, que había dejado la banda para alejarse de la toxicidad que se había creado entre ellos. Necesitaba apartarse de sus amigos si no quería morir arrasado por la vida. Eso es lo que le ocurre a muchas bandas musicales que, luego, reaparecen momentáneamente para, finalmente, colgar las botas. Y ahora que vuelve Sálvame, me pregunto si puede ocurrir lo mismo.

María Patiño, Belén Esteban, Kiko Matamoros y Lydia Lozano, bajo la dirección de David Valldeperas, regresan a la televisión para competir en las tardes. A partir de este lunes, 3 de junio, el nuevo Sálvame, renacido como Ni que fuéramos, ha comenzado a emitirse también en TEN. Además, el programa ha anunciado el regreso de Kiko Hernández, quien volverá por todo lo alto como nuevo colaborador. La relación entre los colaboradores del programa siempre ha sido uno de los principales atractivos de Sálvame. Las tensiones, las reconciliaciones, los momentos de humor y las polémicas son parte esencial de su fórmula de éxito y por eso enviaron a Belén Esteban a promocionar el nuevo formato y el nuevo canal: Quickie.

Sí, vuelve Sálvame a la televisión. Tras su cese fulminante, la productora, siguiendo el mismo sistema que tan bien ha funcionado durante años, lo ha recuperado para la TDT. Mucho se ha dicho del formato: basura, cáustico, fake news, de todo, pero lo único cierto es que un programa casi sin costes, con las mismas caras día tras día y con alguna información, consiguió ser el programa más visto de nuestra televisión. Y eso no se lo puede quitar nadie.

Hace pocas semanas, Valldeperas comió en Barcelona con unos amigos y lo anunció: «Ha sido un éxito total. Nos llamaron desde YouTube para preguntar quiénes éramos, porque de la nada nos habíamos convertido en el programa más visto de Twitch». Desde su debut, el 15 de mayo de 2024, hasta la actualidad, el espacio de los colaboradores de Sálvame, producido por Óscar Cornejo y Adrián Madrid, ha ido encadenando récords, con una media de 40.000 seguidores y su anunciado regreso a la televisión tradicional. Y la vuelta ha traído la promoción y, por supuesto, las tensiones.

La elegida para la promoción no podía ser otra que Belén Esteban. Vino a Barcelona y desencadenó la locura, mientras se la rifaban en programas de radio y televisión. El primero en hablar con ella fue Jordi Basté en RAC1, quien la trató como sólo ella merece, promocionando su visita como si fuese una primera ministra, y ella no defraudó. Explicó que los fundadores de Fabricantes Studio y la extinta Fábrica de la tele, «hacen conmigo lo que quieren. Me sentaron y me convencieron. Pero yo les dije que lo iba a dejar, que no quería ir. Cuando me pasó lo de la pierna, ya no iba tantos días. Es verdad que en algún momento sí que lo he querido dejar, no deja de ser un trabajo que mentalmente agota mucho».

«Belén es una tía llana y generosa en sus entrevistas», ha dicho el presentador, igual que Marc Giró al que visitó poco después en Latexou. «Llegó con ganas de hablar, súpermodesta y dispuesta a hacer todo lo que le pedimos», ha comentado el genial Giró.

Desde el ascensor, la colaboradora dejó claro su entusiasmo: «Hola, buenas noches. Voy al programa de Marc Giró porque por Marc… ma-to». Belén y Marc comenzaron el programa bailando al ritmo de La Razón de Ana Mena. La entrevista, algo escatológica, viró hacia las rutinas matinales de la princesa del pueblo, quien mencionó que estaba tratando de una bacteria llamada Helicobacter Pylori. «Yo me levanto pronto, sobre las 8:30 horas, pero me acuesto muy tarde porque veo series, películas y programas de televisión». El momento más sorprendente llegó cuando Marc confesó sus frecuentes visitas al baño, diciendo que iba a orinar hasta 15 veces al día y «a cagar» de cuatro a seis veces, y ella, como si fuese su médico de cabecera, le diagnosticó: «Puede que lo tengas».

Y tampoco defraudó con las críticas que todos esperaban. La colaboradora de Ni que fuéramos aprovechó para arremeter contra Terelu Campos por no estar a su lado «cuando había que estar», señalando que «no se la espera» en Canal Quickie. La respuesta de Terelu Campos no se hizo esperar, y en Mañaneros se defendió contundentemente. Campos dejó claro que nunca ha buscado competir con sus compañeros ni en términos económicos ni profesionales. «Entiendo que cada uno tiene su valor y su precio, entiendo que las condiciones de Belén son diferentes, mejores, pero no lo critico, Belén aporta muchísimo en un programa de televisión», añadió. Y concluyó: «No tengo ningún problema, que quieren seguir liándola, pues que la líen».

Esta nueva etapa de Sálvame, o Ni que fuéramos, no sólo marca un regreso a la televisión, sino también una adaptación a los nuevos tiempos y formatos digitales. La emisión en TEN y el éxito en plataformas como Twitch y YouTube demuestran la capacidad del programa para reinventarse y seguir captando la atención del público, tanto de sus seguidores de siempre como de nuevas audiencias que consumen contenido en línea. La reciente polémica entre Belén Esteban y Terelu Campos no es más que un ejemplo de cómo estos conflictos, lejos de perjudicar el programa, lo enriquecen y mantienen a la audiencia enganchada.

Es importante destacar que, detrás de todo el drama televisivo, hay un equipo de producción que trabaja incansablemente para ofrecer un producto de calidad. La habilidad de David Valldeperas para dirigir y manejar las personalidades fuertes del programa es fundamental para mantener el equilibrio y garantizar que cada emisión sea entretenida y emocionante.

Y si algo tengo claro, es que la seguirán liando. Es cierto, se despellejan en antena, se traicionan, lloran, gritan y patalean. Pero luego se reconcilian, se besan y cenan juntos. Porque Sálvame es un programa coral, de un grupo de personas que convierten su propia vida en un reality permanente, donde la intimidad brilla por su ausencia pero que funciona. Y, por eso, su paso primero a la TDT y luego a la pantalla ha sido tan fácil.

Y no es que sea una seguidora del programa, pero la genialidad del formato me obliga a rendirme ante la productora sabiendo que durará el tiempo que duren los protagonistas juntos, como las viejas bandas de música que se reconcilian para luego volverse a bajar del escenario.

Lo último en Opinión

Últimas noticias