No lo sé Rick, esos whatsapps de Sánchez…

Sánchez

Me atrevo a recordar que el cum laude Pedro Sánchez cometió más de 40 faltas de ortografía en «su» tesis doctoral. En un trabajo que le sirvió para obtener el título de doctor universitario por la Universidad Camilo José Cela, escribió multitud de palabras con tilde cuando no la llevan y viceversa, se la quitó a las que sí la necesitan; cometió gran cantidad de errores de concordancia; numerosas erratas graves y muchos errores de todo tipo. Por ejemplo, escribió «llevar acabo», «estuvo apunto de» y hasta puso mal el nombre del jugador de baloncesto Ricky Rubio, al que en su tesis llamó «Ricki».

Los bien pensados podrían creer que, una vez doctorado, comenzó a esforzarse un poco más por aprender a escribir en español, pero entonces acudimos a su cuenta de Twitter -ahora X- y nos encontramos conque en un tuit en el que pretendía alabar a Zapatero escribió «hojear» donde quería decir «ojead»; «ser malos» en vez de «sed malos». Se bebe las tildes como si fueran agua, deja caer los signos de puntuación por donde se los reparte el viento y usa continuamente abreviaciones infantiles como «k» para decir «que»; «d» por «de»; «peques», «pisci», y un largo etcétera de mensajes mal redactados, con infinidad de faltas de ortografía y en un tono coloquial menos apropiado para una red social que para un mensaje privado de WhatsApp.

Así, por ejemplo, en octubre de 2019, siendo ya presidente del Gobierno, escribió un mensaje de felicitación al nuevo Nobel de la Paz, el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, en el que puso a bailar la b y la v al elogiar su «sabia nueva» de la política, cuando pretendía referirse al «líquido que circula por los vasos de las plantas», que como sólo los más analfabetos ignoran se escribe «savia», con v.

Y ahora, sorpresivamente, nos encontramos con una enorme cantidad de mensajes privados de WhatsApp que, cuando uno los escribe, suele utilizar una redacción más rápida y coloquial, sin demasiadas preocupaciones por la semántica y la ortografía, dirigidos exclusivamente a una persona de su total confianza, que ha sido su mano derecha durante tantísimos años; vemos que están todos redactados como haría el mejor académico de la Real Academia Española, y nos tenemos que creer que pertenecen a la misma persona que, en esos otros mensajes que sí tenemos seguridad de que los ha escrito él, no sabe poner una tilde en su sitio, esparce los signos de puntuación como el que tira semillas en su huerto y no sabe distinguir las b de las v.

Cayetana Álvarez de Toledo inauguró su canal de YouTube el 8 de septiembre de 2020, unos días después de que fuera destituida por Pablo Casado como portavoz del PP en el Congreso tras llamar terrorista al padre de Pablo Iglesias, que había sido condenado por su pertenencia a la banda terrorista de extrema izquierda FRAP. La ex portavoz del PP grabó el primer vídeo de su canal desde su nuevo despacho de diputada rasa, delante de un mueble en el que se ven unas flores, una fotografía y un libro amarillo que cuesta bastante distinguir que se trata de Arguably: Essays, un libro de ensayos escrito en 2011 por el filósofo inglés Christopher Hitchens, nombrado por The New York Times como uno de los 10 mejores libros de 2011, pero de escasísima difusión en nuestro país.

Pero en uno de los mensajes que Sánchez le dirige a Ábalos no sólo reconoce esta portada, sino que, además, hace un profundo análisis del oculto significado de su elección por la diputada del PP. «Es muy relevante el libro que ha escogido para poner detrás. Es un recopilatorio de ensayos de Christopher Hitchens, un famoso escritor, articulista y, sobre todo, polemista. Es famosa ‘la navaja de Hitchens’, según la cual ‘todo lo que se afirma sin prueba científica, se puede desmentir de la misma manera’. Fue un izquierdista de inspiración trotskista famoso por sus airadas polémicas y su estilo cañero y combativo.» Con todas sus tildes en su sitio, las comas, los puntos… hasta ha escrito «trotskista» sin confundir ninguna letra y habla de él en pasado, porque sabe que falleció en 2011, con sólo 62 años.

¡Me sangran los ojos! Casi tanto como cuando nos han enseñado ese otro mensaje en el que el mismo personaje chabacano que dejó destrozada una suite del Parador de Teruel tras una juerga con prostitutas, escribe eso de: «Ya decía Quevedo: Puede haber puñalada sin lisonja, pero pocas veces hay lisonja sin puñalada», para referirse al entonces vicepresidente Pablo Iglesias, quien acaba de elogiarlo a él. Como el dueño de la casa de empeños en el reality show El Precio de la Historia diría al examinar un objeto dudoso: «No lo sé Rick, parece falso». Lo que sí tenemos más que comprobado es que Sánchez es presumido hasta la náusea, así que habría que asegurarse de que esos textos no hayan sido previamente editados para que un semianalfabeto funcional aparente dominar una vasta cultura digna de esos elogios que tanto se cree merecer.

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