Una negligencia mortal

editorial-negligencia-interior

Ha tenido que morir un policía, Antonio Jesús Martín Lozano, destinado en la Unidad de Intervención Policial de Málaga, para que el Ministerio de Interior autorice la realización de pruebas PCR al resto de compañeros del agente fallecido. La Confederación Española de Policía lleva meses reclamando la práctica de este tipo de pruebas de detección de Covid a agentes que regresan de destinos especialmente complejos, por ser potenciales focos de contagio. Sin embargo, desde Interior se consideró suficiente llevar a cabo pruebas detectoras de Covid de antígenos para conocer el estado de salud de estos agentes. Antonio, el agente ahora fallecido, dio negativo el 30 de diciembre, fue ingresado dos días después y el 4 de enero murió. Lo grave es que al resto de compañeros aún no se les ha realizado el test PCR: llevan días en contacto con sus familias y amigos y será hoy -casi una semana después- cuando se les someta a esta prueba de diagnóstico.

Resulta sencillamente indecente que a los viajeros se les exija un PCR y para los policías que han pasado dos semanas custodiando a inmigrantes irregulares que llegan sin control sanitario alguno el Ministerio haya decidido que con la prueba de antígenos era suficiente. La pregunta es dura, pero irremediable: ¿Habría salvado la vida el policía Antonio Jesús Martín Lozano si Interior hubiera diseñado un protocolo eficaz? Antonio empezó a tener tos dos días antes de regresar de Canarias. Cuando lo mandaron a casa con un falso negativo, su estado empeoró, fue ingresado y, entonces sí, dio positivo en la prueba PCR. Demasiado tarde. Cinco días perdidos que resultaron letales.

Las quejas de sus compañeros son comprensibles: «Se nos reclama para que vayamos a los sitios donde más peligro de contagio hay, pero no se nos diagnostica de forma segura y tenemos que enterarnos de que podemos estar contagiados porque un compañero ha perdido la vida». Sólo ahora, cuando un agente ha muerto, Interior parece dispuesto a rectificar. Lo ocurrido tiene un nombre: negligencia mortal

Lo último en Opinión

Últimas noticias