La necesaria reunificación del centroderecha

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El Partido Popular ha ganado las elecciones generales, con 137 escaños y más de ocho millones de votos. Vox ha sido tercera fuerza política, con 33 diputados y tres millones de votos. En total, más de 11 millones de votos, en el techo del centroderecha, pero, sin embargo, traducido en sólo 170 escaños (sin contar a UPN y CC, ni tampoco al PNV, pues aun siendo este último de centroderecha, su carácter nacionalista hace que se alíe a menudo con la izquierda y la extrema izquierda).

¿Por qué esa insuficiencia en el número de escaños frente a esa victoria aplastante en número de votos? Porque la ley electoral penaliza la división, y al haber dos partidos compitiendo por el espacio de centroderecha, muchos escaños se quedan por el camino, obteniéndolos fuerzas de izquierdas.

Por ejemplo, en el año 2000, el PP obtuvo el 44,52% de los votos y 183 escaños. En 2011, el PP logró un 44,63% de los votos y 186 escaños. Ahora, este pasado domingo, el PP consiguió un 33,05% de los votos y 136 escaños y Vox un 12,39% de los votos y 33 escaños. La suma de ambos arroja el resultado del 45,44% de los votos y 170 escaños. Es decir, consiguiendo la suma casi un punto porcentual más de los votos, sin embargo, se ha traducido entre 13 y 16 escaños menos que en 2000 y 2011, respectivamente. Es la diferencia entre alcanzar la mayoría absoluta para poder gobernar o no alcanzarla y que Sánchez tenga la posibilidad de aliarse con todo lo que se quiere aliar para mantenerse como presidente.

Por eso, es esencial que el PP se ponga manos a la obra y prosiga con su labor ya iniciada para volver a aglutinar a todo el centroderecha. Recientemente, en una entrevista, Alberto Núñez Feijóo dijo que quería agrupar a todo el centro-derecha, y en ello debe perseverar, pues la inmensa mayoría de votantes de Vox y muchísimos de sus dirigentes, como él mismo dijo, lo fueron del PP. Para impedir que esos escaños se pierdan debido a la ley electoral, el PP debe conseguir volver a ocupar todo el espacio que hay a la derecha del PSOE, sumando, no excluyendo.

Urge, por tanto, que el PP se rearme. Ojalá consiga formar Gobierno, pero tanto si lo logra, como si se repiten las elecciones, como si, desgraciadamente, vuelve Sánchez a reeditar Frankenstein, Feijóo ha de liderar la reconstrucción del centroderecha, que no puede seguir dividido. Como principal partido del centroderecha, debe marcar el camino de la vuelta a casa de todas las personas que se sientan simpatizantes de la ideología liberal conservadora.

Alberto Núñez Feijóo debe liderar esa ingente tarea: desde la victoria del PP en las elecciones, debe liderar la reconstrucción de todo el centroderecha, haciendo atractivo el discurso para atraer a todos los votantes de Vox, o a su inmensa mayoría. Sólo así será posible que el centroderecha concurra a las elecciones sin temor a que muchos votos suyos no se traduzcan en escaños por ir separados y no juntos, de manera que, con la reunificación, se obtenga una mayor representación, que otorgue mayorías más amplias al centro-derecha. Se ha conseguido pasar de tres a dos partidos, pero no es suficiente: debe conseguirse unificar todo ese voto de centroderecha en uno, para que ni un voto pierda su poder y no sean penalizados los resultados del centro-derecha.

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