Por mucho menos de lo que hizo Ábalos Marlaska enviaba la Policía a las casas

Se da la circunstancia de que el mismo día -15 de septiembre de 2020- que el ministro José Luis Ábalos, acompañado de Koldo García y el hermano de éste, pusieron patas arriba el Parador de Teruel, el Gobierno de Aragón -entonces gobernado por el PSOE- emitió una orden con las medidas vigentes para hacer frente a la pandemia de Covid que azotaba España. Como ha revelado OKDIARIO, Ábalos montó una juerga con «señoritas» en este hotel en plena pandemia.
En el texto del Ejecutivo aragonés se recogen todas las medidas y restricciones vigentes y de obligado cumplimiento, entre ellas, la distancia interpersonal de 1,5 metros y el uso de las mascarillas: «Las personas de seis años en adelante están obligadas al uso de mascarilla en la vía pública, en los espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, con independencia del mantenimiento de la distancia física interpersonal de seguridad de, al menos, 1,5 metros», se recoge, por ejemplo.
Pues bien, en esta coyuntura se presentó Ábalos en el Parador de Teruel, dispuesto a pasarse por salva sea la parte las medidas de seguridad derivadas de la pandemia, porque, según testigos presenciales, dejó la suite convertida en un estercolero.
Y es que la fiesta que se montó Ábalos con «señoritas» en el parador de Teruel fue, además de otras valoraciones, un ejercicio de imprudencia temeraria.
Las acompañantes de Ábalos llegaron en una furgoneta junto al ministro y su comitiva y fueron las limpiadoras del hotel las que dieron la alerta del estado de la suite de la segunda planta, donde se había alojado el ministro.
Parece evidente, con independencia de lo que determine la justicia en relación con los escándalos de corrupción que rodean al ex ministro, que Ábalos se comportó de forma absolutamente intolerable en alguien que ocupaba un cargo de alta responsabilidad. Lo que hizo, más allá de reproches morales, fue un peligro público. Tanto que por mucho menos Marlaska enviaba la Policía a las casas.