El certero diagnóstico de Tamames no evita que Sánchez y Díaz se repartan el regalo de Vox

moción de censura

A Ramón Tamames no puede reprochársele su intervención -su diagnóstico de la situación política fue certero y sus críticas al Gobierno de Pedro Sánchez plenas de sentido-, pero sí que aceptara prestarse a una estrategia política que ha convertido la moción de censura en un balón de oxígeno al socialcomunismo. Pedro Sánchez se ha encontrado de forma absolutamente inmerecida ante la baza que le ha regalado Vox, justo cuando la izquierda pasa por sus momentos más críticos y los españoles -así lo reflejan la práctica totalidad de las encuestas- muestran su mayor grado de desafecto a las políticas y la gestión del Gobierno más sectario de la democracia. Y todo en un año electoral clave.

Porque por muy certeras que hayan sido las palabras de Tamames, la inoportunidad de la moción de censura era palmaria. Vox le ha regalado al socialcomunismo lo que estaba deseando: barra libre en el Congreso de los Diputados para explayarse sin límite de tiempo y utilizar la tribuna del hemiciclo como altavoz para airear su funesta propaganda. Primero, Pedro Sánchez y luego Yolanda Díaz -un reparto de papeles que, además, les sirve para meter presión a Podemos- se aprovecharon del formato parlamentario para llevar el debate al terreno donde más les convenía y diluir así los efectos del discurso de Tamames, obligado, por cierto, a una larga espera por el error de Santiago Abascal de perderse en un interminable cuerpo a cuerpo con el presidente del Gobierno. Justo lo que quería Pedro Sánchez.

Que el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez es nocivo para la democracia española es inobjetable, tanto como que esta moción de censura no se concibió para poner en apuros al jefe del Ejecutivo, sino a Alberto Núñez Feijóo. Ramón Tamames desgranó con tino algunas verdades del barquero, pero para llamar a las cosas por su nombre y poner el acento en el sectarismo patológico de una izquierda que ayer disfrutó haciendo piña no hacía falta regalarle a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz todo el tiempo del mundo para airear su sectarismo y sus mentiras.

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