¿Moción de censura instrumental? Lo de Junts es mentira
Andan algunos radicales antisanchistas desvariando y encabronados. Exigen sí o sí la presentación de una moción de censura, conocida como «instrumental», para echar a Pedro Sánchez y convocar elecciones generales inmediatamente después.
Para empezar, una cosa es que Junts, todavía bajo la égida de Puigdemont, esté malhumorado (se entiende) con los incumplimientos de Sánchez y otra bien distinta que estén dispuestos a votar una moción de censura de ese tipo ni de otro para permitir que la «derecha española» gobierne el país. Entre otras cosas, porque unas horas después de anunciar la ruptura total con el sanchismo sus siete votos abstencionistas impidieron tumbar la pretensión gubernamental de cargarse la central nuclear de Almaraz. Y ello pese a que tanto Iberdrola como Endesa han presionado al PNV y Junts para evitar tamaño desatino.
En segundo lugar, ¿moción de censura con qué candidato? Los juegos equinociales de salón en política suelen dar mal resultado. Tiene toda lógica que Feijóo se haya negado en redondo a entrar en esos juegos malabares que a nada conducen. El Partido Popular puede pactar pocas cosas con los independentistas catalanes mientras al frente esté un tipo apellidado Puigdemont, prófugo de la justicia, golpista y malversador de caudales públicos. Si los secesionistas de derechas catalanes deciden eliminar al prófugo, el escenario sería completamente distinto. Pero así, no.
¿En qué cabeza cabe que el aspirante natural a sustituir a Sánchez, es decir, Alberto Núñez Feijóo, acepte dejar su puesto a otro candidato que, además, no es de su formación política? ¡Hace falta estar loco para contemplar siquiera tamaña posibilidad!
Aquí no cabe otra que aplicar el sentido común en primera instancia y la Constitución en segunda.
Lo otro son meros sueños etílicos en una España atribulada.