La mitad de los adultos españoles dependen del Estado
Hay un dato revelador que quizá nos pudiera ayudar a entender lo que ocurrió el pasado 23 de julio. Datos objetivos, por además, estadísticas oficiales: más de la mitad de los varones mayores de 18 años dependen de una ayuda, pensión o empleo público. Esto es, uno de cada dos mayores dependen del dinero público (Estado, comunidades autónomas, ayuntamientos o empresas públicas), es decir que 19,2 millones de españoles viven de ese dinero, aunque en determinados casos se trate de un mero subsidio de mera subsistencia.
¿Puede extrañar a alguien medianamente sensato que el resultado de las elecciones haya sido el que ha sido? Difícilmente. Durante el último quinquenio la pérdida de competitividad de la economía española es un hecho, un hecho grave, como apuntan todos los expertos. Desde el poder público -que se beneficia de la iniciativa privada en forma de impuestos en ocasiones para incautar-se controla todo en España. Y ello tiene sus riesgos para el propio sistema.
Se les llena la boca hablando de la «sociedad civil» para al final ir todos de bruces en busca de la mamandurria. Quien mejor ha entendido esta situación estructural ha sido la izquierda, que copiando de otras latitudes les viene de perlas. Es una forma como otra cualquiera de tener atados a millones de ciudadanos que se verán obligados a seguir votándoles para garantizarse el sustento.
Todos los organismos nacionales e internacionales vienen alertando sobre esta situación en España; hay una excesiva dependencia en la economía de lo «público» que no crea riqueza, ni permite un progreso y crecimiento económico adecuado. Nadie puede repartir lo que no tiene a no ser que a ello le llamemos miseria. Como muestra un botón. Cuba lleva casi 70 años inmersa en una revolución (sic) que no llevó a la bella isla más que hambre y desesperación. Precisamente estos días la prensa mundial alerta de la situación in extremis en la que se desarrolla la vida allí. Todo es estatal y las culpas de esa situación no la tienen los Estados Unidos como repiten machaconamente los voceros de la criminal dictadura.
¿Quieren los españoles lo mismo? Algunos millones parece que sí…
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