El millonario que insulta a Ayuso
La Cataluña separatista está llena de millonarios, a costa del dinero de todos los españoles, que se han forrado a base de insultar a nuestro país. Uno de ellos es Toni Soler, un empresario -entre comillas, porque uno que vive del chollo no emprende, lo que hace es poner el cazo- que ha facturado más de cien millones de euros a TV3 con programas dedicados a humillar a jueces, guardias civiles, soldados, policías nacionales, entidades constitucionalistas y líderes de la oposición al nacionalismo.
Es el que ficha a tipos que hacen del «puta España» su grito de guerra en TV3. El que protagonizó el gag en el que una actriz vestida de Virgen del Rocío se lamentaba de «llevar doscientos años sin echar un polvo» y «estar más caliente que el palo de un churrero». El que comparó a la Capitanía General del Ejército en Cataluña con un club de prostitutas. El que paga al que llamó «perros» a los agentes policiales.
Como no le ha bastado para hacer méritos ante sus señoritos separatistas -ERC y PSC-, Toni Soler ha llamado «loca» a Isabel Díaz Ayuso. Lo ha hecho en sus redes sociales, tras los comentarios de la presidenta de la Comunidad de Madrid sobre la falta de libertad en Cataluña, con los que denunció que tras prohibir los toros en Cataluña lo que vino fue el control político, el adoctrinamiento y una mala gestión que ha provocado imprevisión ante la sequía.
El denunciar el totalitarismo del separatismo catalán motivó a Toni Soler, para seguir cobrando su millonaria soldada, llamar «loca» a Ayuso. Nada nuevo bajo el sol. Llevar la contraria al independentismo siempre ha merecido todo tipo de ataques, como cuando machacaron a más de catorce mil profesores en los años 80 para que huyeran de Cataluña y llenar así sus plazas en las escuelas con adictos al nacionalismo. Recordemos como pegaron y quemaban coches a las madres valientes de Cadeca cuando en los años 80 pedían enseñanza en castellano para sus hijos.
O como trataban como desarraigados y enemigos de Cataluña a los pioneros de la Resistencia al nacionalismo, como Antonio Robles o Santiago Trancón que luchaban por los derechos civiles de los castellanoparlantes. Sin olvidar que desde siempre el secesionismo ha premiado con la muerte social y el hostigamiento a aquellos que les plantaban cara. Recordemos los trágicos casos del padre de Canet o de la madre coraje de Balaguer. Fueron machacados por sus propios vecinos y por los padres de los compañeros de clase de sus hijos.
Muchos oportunistas se han hecho ricos consiguiendo contratos muy generosos por parte de las administraciones que controla el independentismo. Andreu Buenafuente, Jaume Roures, el Conde de Godó, Miquel Calçada Mikimoto, Xavier Vendrell… Son legión los que han hecho buenos negocios gracias a su militancia o su complicidad con el separatismo. Y, por supuesto, si tienen que insultar a quién ponga en peligro la hegemonía nacionalista, lo harán sin dudarlo. Toni Soler no ha llamado «loca» a Isabel Díaz Ayuso porque no esté de acuerdo con sus postulados políticos, o porque no le guste el PP.
Simplemente, actúa como el lacayo del régimen secesionista que es. Le pagan muy bien por ello, y lo seguirá haciendo mientras la caja registradora siga registrando cuantiosos ingresos de TV3 y de los otros medios de comunicación de la Generalitat. El caixa cobri patriótico es siempre muy rentable en una Cataluña en la que no ser nacionalista significa estar fuera de los circuitos del poder.