Mamdani copia a Trump para ganar Nueva York
Hace un año, Donald Trump recuperaba la Casa Blanca, gracias a 77 millones de votos, un 22% más que en 2016. Una marca increíble. El neoyorquino ha celebrado el aniversario con el triunfo en su ciudad natal del candidato demócrata para alcalde, Zohran Mamdani.
Mamdani, de 34 años, nacido en Kampala (Uganda) en una familia burguesa y ciudadano de Estados Unidos desde 2018, aplicará en Nueva York a partir del 1 de enero un programa intervencionista que desafía el modelo liberal y financiero de la capital financiera mundial. Sus propuestas socializantes son más importantes y atractivas para los neoyorquinos que su religión musulmana, sus amigos islámicos y sus soflamas contra los blancos: transportes y guarderías gratuitos, limitación del precio de los alquileres, supermercados públicos con precios controlados y subida del salario mínimo a treinta dólares por hora. Para financiarlas, anuncia el aumento de impuestos a “los ricos”, algunos de los cuales, en el colmo de su habitual hipocresía, anuncian la mudanza a estados republicanos como Texas y Florida.
Estamos ante otra repetición del eterno cuento de los aprendices de brujo que se quedan con un palmo de narices. Mamdani, el pupilo modelo de los académicos y plutócratas progresistas, el habitante de la metrópolis destinado a servir a los dueños de ésta y calmar sus malas conciencias, se rebela contra todos ellos, impulsado por una ambición sin límites, y, como una nueva versión del supervillano Bane, irrumpe en sus palacios.
Su victoria debe insertarse en un movimiento de sacudida de los partidos tradicionales y, sobre todo, de rechazo a las élites que han gobernado el mundo occidental en las últimas décadas. Mamdani, diputado de la Asamblea estatal de Nueva York desde 2019, se dio a conocer porque fue con un micrófono (y su traje y corbata) a los barrios donde había crecido el sufragio a Trump y preguntaba a la gente por sus problemas, sus aspiraciones y su desencanto con los políticos. A partir de ahí, montó una plataforma que se enfrentó al aparato que controlaba el Partido Demócrata y venció en las primarias por la candidatura a la alcaldía.
La reacción de los viejos demócratas y de varios de sus donantes consistió en presionar al actual alcalde, Eric Adams, también demócrata, para que no se presentara (en lo que colaboró Trump), y llenar de dinero los bolsillos de Andrew Cuomo, derrotado en las primarias, para que acudiera a las elecciones como independiente. Pero éste marchó a la guerra cargado de lastres, el principal el de ser una cara gastada. Es hijo de un gobernador estatal, Mario, y él ocupó ese cargo entre 2011 y 2021; antes, fue fiscal general del estado y ministro de vivienda de Bill Clinton; además, tuvo que dimitir como gobernador por acusaciones de abuso sexual. En resumen, Cuomo encarna a la clase de hombres blancos, ricos, añosos y machistas contra la que los progres y los demócratas, valga la redundancia, llevan años clamando.
Un punto capital es la movilización popular que ha provocado Zohran Mamdani. Las elecciones para la alcaldía de 1993 fueron las últimas en que la participación superó el 50%. En 2021 este porcentaje quedó por debajo de un 25%. Pero en 2025, casi se ha doblado: los votantes han pasado de un 1.100.000 a poco más de dos millones. Mamdani ha rebasado el millón de sufragios y casi igualado la suma de los dos candidatos de 2021. Cuomo ha captado la mitad del pequeño electorado del republicano Curtis Sliwa y la mayoría de los votantes de Eric Adams, pero no ha podido nada contra el alud de nuevos votantes de su rival.
El nuevo alcalde ha sacado de sus casas a quienes no suelen votar porque creen que la política no mejora su vida y a los jóvenes. Ha sido el primer candidato en todos los grandes grupos raciales: blancos, hispanos, asiáticos… Ha superado el 80% entre los que llevan menos de diez años viviendo en la ciudad; o sea, los que han sufrido la inflación, la falta de vivienda y el atasco en los servicios. Y ha hecho que, por primera vez, los judíos no se hayan adherido mayoritariamente al candidato demócrata. Sólo un treinta por ciento de esta comunidad ha optado por Mamdani, mientras que por Cuomo se ha decantado el doble.
No es ningún disparate decir que Mamdani ha seguido la estrategia aplicada por Trump, tanto en su populismo contra “las oligarquías”, como en su condición de defensor de “los deplorables”. Los dos, por cierto, han derrotado a rivales con mucho más dinero y cobertura mediática.
En consecuencia, un sector muy amplio en el progresismo ve en Mamdani no sólo la renovación generacional y la adaptación demográfica del partido a la sociedad multicultural de Estados Unidos, sino, sobre todo, el nuevo programa con el que presentarse a las presidenciales de 2028. Por eso, le han felicitado el gobernador de California, Gavin Newsom, que suena como candidato, y el millonario manipulador Alexander Soros. Durante la campaña, también recibió el apoyo de los izquierdistas Alexandra Ocasio-Cortez, diputada por Nueva York, y Bernie Sanders, senador por Vermont.
Ha concluido la primera jornada de la campaña para las elecciones de mitad de mandato del 3 de noviembre de 2026. El riesgo para la Casa Blanca y el MAGA no viene de Zohran Mamdani, al que pueden usar de despertador para sus bases, sino de otras elecciones celebradas en el resto del país.
En Virginia y Nueva Jersey, estados demócratas, los candidatos de este partido al puesto de gobernador han vencido con mayor amplitud de la esperada a los republicanos. Y en Vermont, los ciudadanos han rechazado en referéndum una propuesta para exigir un documento de identidad con foto para votar.
En California, el electorado, con la aportación de los independientes, ha aprobado en otro referéndum la reforma de la ley que entregaba el diseño de las circunscripciones a una comisión independiente para dársela a la Asamblea, donde se dibujarán los nuevos límites, de manera que los republicanos perderán los pocos diputados en la Cámara federal que tienen por este estado. (En Texas y otros estados republicanos ya se ha cambiado el mapa.)
Aunque los demócratas están lanzando las campanas al vuelo, siguen teniendo enfrente a Trump, quien ha demostrado que sabe convertir las derrotas en victorias. Y Mamdani puede ser una baza para él: “Si no queréis que vuestra ciudad se convierta en otra como Nueva York, votad republicano”.