¿Quién va a dar un paso en el PSOE si el sanchismo es para miles de cargos un gigantesco negocio?

Editorial PSOE

Bien está que históricos del PSOE se sumen al «Proyecto Lambán», una iniciativa contra el «populismo de Sánchez» que une a quienes fueron referentes del socialismo español y hoy se conjuran contra el sanchismo. Pero no nos engañemos: el sanchismo es un gigantesco pesebre del que viven miles de asesores y altos cargos a los que, por puro interés, les conviene estirar al máximo la legislatura. Esa es la triste realidad del socialismo español: Sánchez ha utilizado el poder para crear una gigantesca red de intereses clientelares. ¿Quién está dispuesto a renunciar a la bicoca de la que disfrutan por un arrebato de dignidad? Muy pocos, porque, al igual que Pedro Sánchez, están pensando en su interés personal y en disfrutar todo el tiempo posible de una situación que, muy seguramente, no volverán a vivir jamás. Mientras dure, el sanchismo es un chollo para una legión de paniaguados sin espíritu crítico.

Por eso, el «Proyecto Lambán» tiene un valor testimonial carente de eficacia real, porque los socialistas que puedan sumarse a esta causa ya han sido estigmatizados por la dirección de un partido cuya militancia, no lo olvidemos, se ha podemizado a niveles impensables hace unos años. Es una militancia confeccionada a la medida del sanchismo que se comporta más como una secta que otra cosa. A estas alturas, miles de asesores y altos cargos disfrutan de un nivel de vida muy por encima de la media, una legión de privilegiados que, bajo ningún concepto, van a renunciar a su estatus. Su lema es «disfrutar hasta el último día», de modo que el «Proyecto Lambán» provoca melancolía, porque son pocos y porque el socialismo que defienden hace mucho tiempo que fue laminado por la militancia. No nos engañemos: Sánchez es el pastor de un rebaño pastueño, dócil por la cuenta que le tiene. Y sus críticos, a día de hoy, se cuentan con los dedos de una mano.

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