El loco alquimista
La prensa dio pocas noticias del viaje de Sánchez a África negra. Sólo subrayó que no daría entrevistas durante el trayecto. Atenazado por los líos que deja tras de sí y sin saber hacer otra cosa, subió al Falcon y puso rumbo hacia el corazón de África para impulsar su estúpida teoría de la «inmigración circular». «¿Y eso qué es?», le pregunto a Luz Sela, periodista política de OKDIARIO. «Que España necesitaría entre 200.000 y 250.000 trabajadores inmigrantes para que el cambalache funcione». En otras épocas se llamaba tráfico, aunque el loco alquimista cree haber dado con el elixir que acabe con la trata.
Mientras que en Canarias y en Ceuta piden soluciones para que las mafias no las devoren con sus descargas de ilegales y piden más guardias civiles, más Policía y la intervención del Ejército, Sánchez los desatiende, Marlaska los desprecia y juntos montan un pícnic en las antípodas riéndose de todo.
Nadie creía que iban a compartir gobierno con comunistas, nadie creía que iban a pactar con terroristas, nadie creía que iban a romper la política española sobre el Sahara, pero el venenoso Pumpido lo logró, nadie creía que iban a hacer una ley de amnistía al alimón, ni nadie creía que iban a destrozar la solidaridad de Hacienda. Y sí, todo esto ocurrió, o está a punto de ocurrir… ¿Por qué no van a poder comprar esclavos al por mayor, también?
La propuesta de Sánchez ha recibido la inmediata respuesta del líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, quien ha tachado de «irresponsable» al líder socialista por alentar un efecto llamada en la peor crisis de migración irregular, que, sumados a sus experimentos suicidas, han batido todos los récords de la llegada de pateras a nuestras costas. En vez de ir a África a combatir las mafias, el muy irresponsable las promociona como destino.
Joaquín Leguina sobre el viaje a África: «Sánchez está loco, nadie en su sano juicio negará la necesidad de una nueva ley migratoria que ponga coto a esta auténtica invasión».