Lo que los monaguillos no le dicen a Pedro Sánchez

Lo que los monaguillos no le dicen a Pedro Sánchez

Hay más zombies en política que en Haloween. Muertos que no saben que lo están, como en Ciudadanos, donde creen que cambiando de nombre se renace. También está la podemía y Yolanda Díaz que, de tanta matemática con perspectiva de género, cuando pretenden sumar, restan, y se dedican a culparse unos a otros. Podemos echa la culpa a Izquierda Unida, Izquierda Unida a la Quichi y la Quichi a Podemos. Es lo que tiene la política-batiburrillo, que solo funciona en la Complu.

Y donde tampoco veremos autocrítica es en el PSOE donde «solo hay un jefe para toda España, los demás estamos de monaguillo» como dijo García-Page quien añadió aquello de que en el PSOE «hemos conseguido la unanimidad perfecta, la de uno». Y claro, si solo hay un jefe, hacer autocrítica es criticar al jefe y a ver quién se atreve, que de algo hay que vivir. Así que, salvo un pellizquito de Lambán llamando a la reflexión (no más) a la Ejecutiva Federal y un Odón Elorza hablando de excusas de mal perdedor, los bienpagaos del aparato, guardianes de la esencia sanchista, cierran filas en un PSOE sin voz y ahora parece que, también, sin vista.

Felipe Sicilia ha corrido a decirnos que «el Gobierno está fuerte, está sólido» y Adriana Lastra que, si Bonilla ha ganado, ha sido gracias a los ingentes recursos que el generoso presidente ha dejado caer Despeñaperros abajo. Nadie cuestiona al rey desnudo. No le dicen que entre Zapatero y su jefe se han cargado el granero del PSOE, que 6 de cada 10 andaluces que votaron al PSOE en Andalucía en 2008, ya no lo hace.

Los monaguillos no le dicen que lo de gobernar con comunistas, separatistas y filoetarras no gusta al electorado; que no hay nada que aleje más a un político de sus votantes que la manipulación y la falta de transparencia; que no puedes batir récords de presión fiscal y de despilfarro al mismo tiempo; que son los problemas del comer lo que preocupa a los votantes y no la momia de Franco o las memeces woke que tanto gustan a los herederos de Zapatero; que demonizar al contrario y con ello a todos sus votantes, tampoco renta; que insultar a los que dialogan y pedir dialogo con los que insultan no es una buena estrategia política.

No le dirán eso y tampoco lo verá desde el Falcon cuando este verano regrese a Lanzarote. No verá que cuando uno de sus monaguillos se presenta a las elecciones, otro vota con los indepes abandonando a los constitucionalistas, otro imponer el bable, otro encubre e encubridoras, etc. Y, mientras, los días pares su sanchidad dice una cosa y los impares hace la contraria. Quizá algo de eso haya tenido que ver, pero los monaguillos callarán.

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