Las listas de Bildu son las listas de la ignominia de Pedro Sánchez

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El grado de ignominia de Bildu corre paralelo al grado de indecencia de un presidente del Gobierno que no es capaz de romper con la formación de Arnaldo Otegi por mucho que los herederos políticos de ETA hayan mostrado su verdadero rostro al colocar en sus listas electorales a 44 etarras, siete con delitos de sangre (esto es, por asesinato). Todo es repugnante: Bildu anuncia ahora, para salvar a Pedro Sánchez, que estos siete asesinos no tomarán posesión de sus actas en caso de ser elegidos, pero, en todo caso, forman parte de las listas. El PSOE ve en este movimiento un paso positivo, pero de los 37 etarras que quedan, bendecidos ahora por el Ejecutivo, otros siete jugaron un papel decisivo en distintos atentados de la banda terrorista. Baste como ejemplo el nombre de Koldo Elizetxea, que se presenta como número 10 en las listas para el Ayuntamiento de Fuenterrabía. En el año 2000 fue condenado a cinco años de prisión por colaboración con ETA. Su papel como miembro no fichado fue determinante en las actividades del comando Araba entre 1995 y 1998, años en los que este grupo cometió multitud de atentados. Como él hay varios etarras en las listas de Bildu.

La coalición etarra no ha dado marcha atrás con su anuncio de que los candidatos condenados por asesinato no recogerán sus actas si son elegidos. Es, simplemente, una abyecta estrategia electoral que busca que el escándalo desatado no pase factura al PSOE en las urnas, sabedor Otegi de que con Pedro Sánchez de presidente del Gobierno Bildu tendrá sencillo lograr sus objetivos. No nos engañemos: que una formación etarra llene sus listas de etarras no sorprende tanto como que el mismísimo presidente del Gobierno se mantenga en el poder gracias a la retroalimentación de intereses con los etarras de Bildu. Y eso es, exactamente lo que lleva ocurriendo desde hace años. Las listas de Bildu son las listas de la vergüenza de Pedro Sánchez.

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