La Justicia desmonta la cacería del Gobierno contra Nacho Cano

Nacho Cano

No hacía falta ser muy sagaz para sospechar que tras la mediática detención del productor musical Nacho Cano y su posterior proceso judicial por un supuesto delito de contratación ilegal de trabajadores estaba la mano del Gobierno, obsesionado con erosionar la imagen de Isabel Díaz Ayuso a través de criminalizar a todos aquellos que se sienten próximos a su gestión.

Nacho Cano es uno de ellos, motivo por el que la Policía a las órdenes de Marlaska procedió a detenerle como si fuera un peligroso terrorista. Nacho Cano fue estigmatizado por la izquierda, acusado poco más o menos de ser un empresario sin escrúpulos, un negrero que tenía a un grupo de jóvenes becarios trabajando en condiciones infrahumanas en su espectáculo Malinche.

Pues bien, la Audiencia Provincial de Madrid ha decidido sobreseer de forma provisional la causa que una juez muy decidida a buscarle las vueltas -pese a que la Inspección de Trabajo no veía nada irregular- abrió contra el músico. Han sido meses en los que la izquierda ha arremetido contra Cano de forma miserable, aprovechando de manera bastarda su amistad con la presidenta madrileña. Nacho Cano ha sufrido en sus carnes el sectarismo de una izquierda que buscaba su muerte profesional a toda costa. Una cacería en la que Marlaska no ha sido inocente. El daño causado al productor musical ha sido inmenso, pero por fortuna la justicia ha desenmascarado un plan abyecto de aniquilación personal que debería tener consecuencias para sus responsables.

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