PRIMERA LÍNEA

Jaime Martínez y su plan para recuperar Palma

Jaime Martínez y su plan para recuperar Palma

El Pacte de Progrés en Palma ya está de precampaña. Més ha ratificado a la nefasta Neus Truyol como candidata a la Alcaldía. Nefasta, nefasto lo que especifica es algo o alguien que «es extraordinariamente malo» y la muestra mínima la tenemos en su polémico PGOU, actualmente en proceso a pesar de ello, y sin olvidarnos de turismofobias, anticruceristas o antiespañol que ella viene a significar. ¿Qué pasa con Unidas Podemos? Pues tenemos la confirmación de que Lucía Muñoz de Jarabo estará en las primarias para liderar la candidatura de los antisistema, cosa que probablemente ocurrirá.

La seño de Jarabo lo ha anunciado a través de un vídeo rematadamente, lo que se dice rematadamente cursi, con este inicio prometedor: «Si hubiera una capitalidad del Mediterráneo sería Palma». El problemilla es que sigue la cosa con la diarrea ideológica de siempre y no aparece por ninguna parte cómo piensa contribuir a hacer realidad esa capitalidad del Mediterráneo y lo más probable de su ocurrencia es que ha oído campanas y no sabe dónde.

Se lo explicaré. Joan Fageda, del Partido Popular, en su tercera legislatura como alcalde de Palma (1999-2003) dijo algo así como Palma es tan bonita que debería ser capital turística del Mediterráneo. Y se apagó la bombilla, de tal manera que en los últimos 19 años nadie ha hecho nada al respecto.

El PSIB-PSOE por su parte ha señalado a José Hila para la reelección o sea el mismo que ha convertido Palma en auténtico estandarte de inseguridad, suciedad y abandono. Que no es poco para un blandengue como él y por si desconoce esta palabra le diré que evoca «persona de excesiva debilidad de fuerzas o de ánimo». Pues doy por hecho que no es «soldado de caballería de la Guardia presidencial y de la Corte de justicia de la República Oriental del Uruguay». En lugar del vídeo, Hila ha optado en precampaña por el uso de cartelería con este eslogan en mayúsculas: IMPULSA y como adelanto «Esta es la ciudad para la que trabajo. El futuro es ahora», siguiendo con la diarrea ideológica que tan bien define las cagadas de la extrema izquierda.

Dando por hecho que Ciudadanos pasará a la historia y a falta de conocer el candidato de Vox, de momento el centroderecha tiene en Jaime Martínez la alternativa para desocupar de la trona a toda la tropa esperpéntica del Pacte de Progrés. Martínez (PP), arquitecto y político, de momento es el único en adelantarnos cuál es su idea de Palma: «Necesita un plan que la devuelva al lugar que le corresponde a nivel nacional e internacional». Así, dicho a palo seco, solamente serían buenas palabras, como las de Muñoz de Jarabo. Pero es que acto seguido va y lo argumenta: convertir Palma «en un referente en infraestructuras y de eventos nacionales e internacionales»; subrayando un objetivo: apuesta por «el peso del sector cultural como eje dinamizador de la ciudad». Son declaraciones una vez regresado de Madrid, una ciudad que Jaime Martínez descubre como «modelo de éxito económico, deportivo y cultural» y «camino a seguir para la transformación cultural que queremos en Palma». Bonitas palabras y un proyecto que aplaudo sin fisuras.

Ahora bien. ¿Solo dinamizando los museos y apoyando al deporte local? ¿Acaso tenemos una avanzada e innovadora política de museos? ¿Acaso no es cierto que los clubes más importantes por su difusión masiva (Mallorca y Atlético Baleares) son propiedad de estadounidenses y escandinavos? Lo que viene a ratificar el enorme fracaso de nuestros prohombres.

¿No es menos cierto que el Palma Arena se ha quedado en agua de borrajas como infraestructura deportiva y solamente ha sido capaz de regalar unas veladas inolvidables en compañía de Woody Allen, Diana Krall, Leonard Cohen, Plácido Domingo y el Circo del Sol, sin ir más lejos? Aparte, claro está, del espectacular duelo mixto (hierba/tierra batida) de Nadal y Federer.

La última vez que Palma fue un referente cultural, porque deportivo jamás ha llegado a serlo si exceptuamos la Copa del Rey de vela, fue en la década de los años 80 del siglo pasado. Quiero recordar en este sentido que el Joan Fageda antes mencionado, nada más tocar Cort el año 1991, se cargó de un plumazo el Festival Internacional de Teatro y el Festival Internacional de Jazz, dejando languidecer el ciclo de Cançons de la Mediterrània cuando iba camino de convertirse en el festival más importante del Mediterráneo.

Luego diría eso de «es una ciudad tan bonita, que merecería ser la capital turística del Mediterráneo». ¡Manda cojones! Tampoco su relevo, Catalina Cirer, contribuyó a hacer de Palma «modelo de éxito económico, deportivo y cultural», como ha declarado recientemente el candidato Jaime Martínez.

En cualquier caso, me gusta la melodía de sus declaraciones; solo falta que sepa ponerle letra a esta canción de progreso. Más si cabe, visto el paso de la extrema izquierda por Cort los últimos ocho años embrutecida la ciudad y enfrentados sus conciudadanos. Le recuerdo, en todo caso, lo que dijo en el Auditórium de Palma su correligionaria Isabel Díaz Ayuso: «Gobernar es gestionar». Así pues, ojalá sepa rodearse de gestores altamente cualificados ante el clamor popular, de la inaplazable necesidad de ver el centroderecha en posición de ataque y conquista, vía urnas, de este enclave capitalino que pese a la estupidez de la extrema izquierda ha acabado convirtiéndose en una de las ciudades europeas deseadas para darse un salto de fin de semana.

Si, en efecto, Jaime Martínez sueña en ver convertida Palma en «modelo de éxito económico, deportivo y cultural», no tiene más que dar con la tecla de saber rodearse de los mejores gestores, por supuesto haciendo oídos sordos al pomporrompón de batutacadas importadas de la multiculturalidad con la certeza de que cuanto más fuerte suenen con los Hila, Muñoz y Truyol bien cosiditos a la pancarta, señal será de que el modelo prospera con la extrema izquierda temiendo quedarse por muchos años en el rincón de pensar.

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