El invento de canamunts y canavalls
Dicho sea, sin ofender, canamunts y canavalls es una simplificación propia de quien o quienes a la historia de Mallorca y su complejidad acaso se la han leído por el forro o quizás se la hayan contado en la barra de un bar, como más bien parece ser el caso. Sólo así es posible caer en tamaña simplificación que, consecuentemente, sólo puede arrojar, como resultado de mentes calenturientas, una batalla de agua entre dos bandos de ciudadanos, sin saber lógicamente a cuál atenerse, una calurosa tarde de finales del mes de agosto.
Aunque, bien mirado, tamaño ingenio podía haber merecido igualmente cualquier otro nombre, las luchas entre Tom y Jerry un suponer, sin necesidad de tener que hacer una burla de una de las etapas más negras de la historia de esta ciudad, de lo que fue algo más serio y luctuoso de lo que ahora se quiere suponer.
Este invento se le debió ocurrir a alguien o algunos una noche sin excesivo trabajo en el Bar Flexas, cuna de otros hallazgos como el orgull llonguet y allá que vamos a montar ahora una fiesta en Palma de la que se hablará en los siglos venideros y quedará marcada como un hito en la historia ciudadana.
Y puestos cavilar sobre qué hacer nació esta batalla de agua que, con la anuencia municipal de algunos ediles no suficientemente documentados, ha acabado tomando carta de naturaleza en Palma, cuando lo que podría y se supone debería haber ocurrido es no autorizar una burla de nuestra historia. Pero así ha ocurrido y si alguien no lo remedia, quedará ya para los restos
¿Qué fue Canamunt y Canavall? El duelo entre los Anglada y los Rossinyol que tuvo su inicio en 1598. Dos bandos nobiliarios que se enfrentaron en Palma y posteriormente en toda la isla a finales del siglo XVI. Las causas de este enfrentamiento se remontan a las luchas nobiliarias mallorquinas de los siglos anteriores. Aunque el enfrentamiento originariamente fue entre bandos nobiliarios urbanos, tendió a involucrar otros bandos de la Part Forana que buscaron la protección y apoyo de las poderosas facciones aristocráticas. Y las familias nobles tendieron a organizar grupos de bandoleros que causaron numerosas víctimas. Resumiendo, un capítulo negro de nuestra historia que no debería ser tomado a chirigota.
En qué se ha convertido ahora, qué queda de aquello. Una batalla consistente en arrojarse agua entre supuestos descendientes de personajes medievales, canamunts y canavalls, se supone que para recuperar una parte de la historia de nuestra ciudad, pero, así las cosas, la degrada: degrada la imagen de una Palma rica en historia y digna de recuperar capítulos de su pasado en manifestaciones de mayor altura y contenido. Pero así son ahora las cosas.