Inda: «A Sánchez e Iglesias se les ha ido esta vez de las manos el tema de las amenazas»

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El sobre con una navaja que ha recibido la ministra de Industria, Reyes Maroto, fue enviado por una persona que sufre una grave enfermedad mental. No era el fruto de la amenaza fascista que han pregonado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. «Tened cuidado, querido Sánchez, querido Iglesias, tened cuidado porque el tema de las amenazas se os puede acabar yendo de las manos», asegura Inda.

«El Servicio Secreto de los Estados Unidos, que es el encargado de la protección de todos los presidentes, recibe cada año decenas de miles de amenazas dirigidas al inquilino de la Casa Blanca», recuerda Inda, que también hace hincapié en que «a ningún inquilino de la Casa Blanca se le ha ocurrido nunca asegurar que esas amenazas ponían en riesgo la democracia más poderosa, más pura y más viva del universo. Y jamás, a ningún inquilino de la Casa Blanca, se le ha ocurrido tampoco asegurar que eso era un virus fascista, un virus comunista, entre otras razones, porque la mayor parte de esas amenazas procede de perturbados y unas poquitas, muy poquitas, son verdaderamente peligrosas y son las que investiga el propio Servicio Secreto».

El caso es que las amenazas que han recibido los ministros Marlaska y Maroto, la directora de la Guardia Civil y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, están a la orden del día. «En España todos los presidentes de la democracia, todos los ministros, han recibido amenazas, decenas de amenazas», asegura Inda. Además, en el caso de los presidentes la cosa es más grave porque se cuentan por «cientos o miles de amenazas». Inda recuerda que «ocurrió con Adolfo Suárez, con Calvo Sotelo, con Felipe González, con José María Aznar que, por cierto, fue víctima de un atentado terrorista que casi le cuesta la vida. Le ha pasado tres cuartos de lo mismo a Zapatero, a Mariano Rajoy y, ahora, a Pedro Sánchez».

La diferencia con los casos anteriores es que, como asegura Inda, «ninguno de los anteriores mandatarios dijo que esas amenazas ponían en riesgo la democracia, ni tampoco se hicieron las víctimas, entre otras razones, porque todos los presidentes van excelentemente bien custodiados, como debe ser, porque para eso también está el dinero público». Y recalca que «en el caso de Pablo Iglesias y su pareja, la ministra Irene Montero, tienen asignados 26 escoltas. El presidente del Gobierno tiene cientos de escoltas destinados a que no le pase absolutamente nada y los ministros tienen decenas de guardaespaldas en varios turnos».

Pero si hay algo que ha sacado a relucir la diferencia entre los políticos actuales y sus predecesores es «el uso partidista y electoral de estas amenazas, amenazas gravísimas y con que sólo haya una ya deben ser condenadas por cualquier persona, por cualquier demócrata».

Eduardo Inda asegura que «de ahí a utilizar las amenazas como arma arrojadiza en una campaña electoral, pues media un abismo. Y puede ocurrir que el tema se te vaya de las manos. Reyes Maroto, la ministra de Industria, ha recibido una carta con una navaja; una carta que le había enviado una persona que, según asegura la Policía, mandaba cantidad de mensajes a la propia Reyes Maroto, con lo cual era un viejo conocido de las Fuerzas de Seguridad. Todo ello no ha impedido que, tanto el señor Iglesias, como el señor Sánchez, como la propia Reyes Maroto, hayan dicho textualmente que hoy todos los demócratas estamos amenazados de muerte si no paramos a Vox en las urnas».

El problema es que a las pocas horas ha ocurrido lo que nadie esperaba. La persona detenida por enviar la navaja amenazante a la ministra «es una persona que padece una gravísima enfermedad mental. Es esquizofrénico y, además de todo eso, había puesto en el remite su propio nombre», recuerda el director de OKDIARIO.

Inda concluye: «En fin, esa amenaza, como estamos viendo, no era nada creíble; lo que yo le pediría al Gobierno, al señor Iglesias no se lo voy a pedir porque es un fascista, pero sí al Ejecutivo, que sí es un Gobierno de demócratas, es que paren ya de utilizar las amenazas. Lo que tienen que hacer es que las investigue la Policía, pero no emplearlas como arma arrojadiza, como arma electoral y, como han hecho en el día de hoy, como un arma falsaria contra Vox. El partido de Santiago Abascal no tenía nada que ver con estas amenazas. Y sí tenía mucho que ver una persona que, desgraciadamente para él y para su familia, es un enfermo mental. Por tanto, querido Iglesias, querido Sánchez, querido Iván Redondo, tened cuidado porque esto se os puede acabar yendo de las manos».

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